¿Sistemas complejos o confusos?

La complejidad de los sistemas sociales ha sido analizada por la sociología y la filosofía, ciencias que evolucionan día con día.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

El sociólogo Niklas Luhmann advirtió en la complejidad de un “sistema oportunidad”, donde la intrincada interacción y vinculación de los sujetos sociales en las lógicas del desarrollo propendían a una generación infinita de ventanas y horizontes articulados.

Sin embargo, cuando tratamos de entender la lógica de un sistema biológico, las condiciones son distintas a las apreciaciones sobre sistemas mecánicos, como los que ha abierto al despliegue de condiciones y vinculaciones la inteligencia artificial (IA), creando rutas mayores porque las variables con las que es alimentada son relacionales en una escala mayor a las que normalmente realiza un ser humano en el planteamiento de contexto, lo cual hace que la inteligencia artificial prospere en sistemas complejos, debido a que el manejo de variables en contexto es mayor.

En todo caso, no podemos argumentar que toda variable sistémica obedece a un parámetro de “lógica racional”, entendida como la ponderación de arquetipos científicos de alcance en prospectiva en manejo de escenarios predispuestos; la envidia, el rencor, la religión, la empatía, e incluso el amor, son parámetros lógico-racionales no predispuestos por la ciencia y absolutamente priman en el desenvolvimiento de tendencias y actitudes del tejido social a nivel de sus relaciones y construcciones sistémicas.

Así, un sistema complejo es también un sistema confuso que oculta en la pretensión inmediata del deseo o el apetito humano la cadena de valor consecuente y, por ende, de la dirección que se pretende establecer y las formas del encuentro y desencuentro social.

Pensemos en el manejo del ego en dialéctica como lo miró Hegel: el amo y el esclavo son co-dependientes que, en el dominio y la violencia del amo por preservar las lógicas sistémicas que lo empoderan, el esclavo advierte la protección violenta del sistema y el amparo que éste le proporciona.

Si pensamos en las cadenas de valor social del trabajo, el ejemplo hegeliano del amo y el esclavo se multiplica de patrón a trabajador, donde lo complejo es confuso y lo confuso es complejo.

 

¿Sistemas complejos o confusos?

 

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