Sociedades esclavizadas

Las sociedades tienen un gran reto, pues para salir de la opresión es necesario ir contracorriente y casi nadie está dispuesto a asumir las pérdidas que eso conlleva.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

La razón -menos la científica- mantiene acuerdos que tienden a disfrazar el juego de intereses y apetitos morales que un grupo o grupos sociales pretenden uniformar para darle sentido y legitimar su poder sobre los sujetos esclavizados.

Nada tan complaciente como una colectividad que es incapaz de cuestionar la realidad, ya sea por ignorancia, alienación o complacencia; en todos los casos, el resultado es el mismo: la ceguera.

Caminamos en una realidad política donde la racionalidad de la misma no se cifra en crear una vereda de oportunidades para la ciudadanía, sino que satisface intereses sectarios, los cuales se disfrazan y enmascaran las acciones que mantienen el estatus, es decir un escenario donde prime el gatopardismo (hacer parecer que las cosas cambian acorde a la demanda social para que, en realidad, nada cambie), creando una cadena infinita de atavismos desde los aparatos ideológicos del Estado y organismos paralelos como los religiosos y sociales.

Lo que debemos entender en estos momentos es que la racionalidad política no es otra cosa que el juego de apetitos de control social que deja grandes ganancias a las élites, condenando a un determinismo social que es protegido a través de la violencia de un Estado represor que lo mismo controla por la fuerza bélica que por la fuerza de la imposición cultural.

Cuando los pueblos se liberan de la racionalidad política impuesta, deben pasar dolorosas experiencias, por ello son pocos los actores sociales que están dispuestos a hacerlo.

La prueba de que vivimos en sociedades esclavizadas se encuentra en múltiples dimensiones; se nos hace creer que la riqueza tiene un origen divino o de inteligencia, pero en realidad se edifica en la opresión y explotación humana.

El que quiera creer que la riqueza es producto de la inteligencia sobresaliente, tiene origen divino o proviene de la honradez plena en este sistema, es un miembro ciego de la sociedad esclavizada.

 

Consultoría política y conferencias: [email protected]

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.