La vida otorga revancha, tarde o temprano, y en la política sucede de manera indiscutible. De cara a la elección presidencial en Estados Unidos, los comicios internos en el Partido Republicano y en el Partido Demócrata no han tenido mayor variación en las tendencias que se perfilaron con antelación, por lo que estaremos viviendo el cara a cara entre Trump y Biden.
El protagonismo político de Donald Trump lo puede llevar nuevamente a la Casa Blanca. Sin embargo, existen dos dudas de fondo: ¿la economía podrá repuntar frente al ascenso de China? y ¿qué pasará con la presencia de Washington en la OTAN?
La lógica de la conducción política de Trump suele variar de acuerdo a sus propios intereses, por lo que en sus discursos ha hablado sobre incorporar a los migrantes asiáticos y mexicanos a su proyecto de activación económica, cuestión que atacó ferozmente cuando fue presidente. La ambivalencia de su postura será el común denominador si llega a la Casa Blanca.
En Europa Central, la mayor parte de los gobiernos -salvo el de Francia- no ha fijado una postura clara sobre el posible ascenso de Trump, pues se marcarían nuevas tendencias económicas y políticas en Occidente, creando tensiones en las lógicas de interacción internacional.
El triunfalismo del neoyorkino se encuentra ya posicionado más allá de las fronteras de Estados Unidos, por lo que el protagonismo del país de las barras y las estrellas está presente en todos los discursos de Trump, que no se cansa de auspiciar el poder político de la superpotencia.
Una era política mucho más conflictiva y beligerante se asoma con el ascenso de Donald Trump, pero para los votantes norteamericanos no parece existir otra estrategia válida que no sea posicionar políticamente a Estados Unidos en el concierto del control político internacional, cuestión que indica que Trump está cerca de la Casa Blanca.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
