La reelección de Vladimir Putin en Rusia ha sido recibida con beneplácito por el gobierno de China, que ya tiene planeado el trazo de avasallamiento de los mercados del planeta al lado del poderío ruso.
El presidente Xi, como le dicen sus coterráneos, felicitó a Putin por la prolongación del poder político que ambas potencias usarán a nivel internacional para abrir paso a sus proyecciones económicas que ya no pueden ser ajenas en occidente.
La economía china y la rusa forman un cordón de mercado que no ha requerido uniones más complejas, como lo acontecido en la ECU y que ahora presenta problemas de inflación, crisis compartida y un creciente recrudecimiento de migraciones que no ha podido contener.
A la inversa de la ECU, China y Rusia se mantienen con la mira puesta en el petróleo y el gas ruso, mientras China estira las manufacturas a grados insólitos, donde la electrónica y la industria automotriz ponen en vilo a muchas de las bolsas de valores del planeta.
China y Rusia, con el potencial de una mano de obra de millones de trabajadores, la expansión de los centros industriales y la proyección de mercados a nivel internacional, han creado un poderío sin precedentes.
Donald Trump advirtió la carga que implica la ECU para Estados Unidos, pero no se la pudo sacudir por cuestiones geopolíticas en el freno al binomio chino-ruso; sin embargo, Estados Unidos se aprecia en descenso en torno al binomio Xi-Putin, por lo que veremos en el muy probable ascenso de Trump un nuevo esquema de proximidad de las relaciones entre ese país y la ECU.
En el tema bélico, la situación sigue tensa entre Occidente y los otrora países socialistas, lo que lleva a suponer que las guerras de expansión y neocolonialismo seguirán en ascenso los próximos años, cuestión que presupone un desgaste internacional brutal.
China y Rusia son más que la ECU, eso ha quedado claro en Ucrania.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
