La ciencia y la política son vectores cuya magnitud va en diferentes direcciones: mientras la ciencia busca el conocimiento probatorio de la realidad, la política hace de la realidad un conocimiento improbable.
En más de una ocasión, cuando me han preguntado mi profesión y yo respondo que estudié ciencias políticas, me han dicho que me dedico a “la grilla”, lo cual implica un claro desconocimiento, por no decir ignorancia, de lo que hace un cientista de la política.
La ciencia política es relativamente nueva y no nace con Maquiavelo en estricto sentido, pero es Maquiavelo quien entiende el radio de acción de la política, se dedica a darle autonomía a su objeto de estudio y le crea un método histórico (ex post facto); en consecuencia, los politólogos estudiamos el poder de lo público y sus relaciones verticales y horizontales desde el Estado y más allá de sus fronteras.
La ciencia política es una ciencia empírica y va hacia las condiciones probatorias de esas relaciones de la esfera pública y su poder de Estado, no es alquimia de la grilla ni grilla de la alquimia, no hace vaticinios sino prospectiva, tomando el dato empírico como una meseta que permite advertir el horizonte desde cómo se articula ese horizonte con la realidad del presente y el pasado.
No es fácil ser un politólogo, pero tampoco es difícil, quizá aquí me asomo a los diálogos que tuve con Pasquino, donde fui vehemente y en ocasiones un impertinente científico, en los cuales perfilé que la cura de la política y lo político presupone algo más que la comparación de lo comparable, como admitió Sartori, sino como Mills comprendió desde la imaginación sociológica que en mi caso concreto es imaginación politológica.
Ciencia y política mantienen caminos opuestos, pero la ciencia política es ciencia aplicada, empírica, que renuncia a las premisas contemplativas que precedieron al siglo de las luces, en donde se da el verdadero salto cualitativo a la ciencia con conciencia para la transformación que vivimos en nuestra era.
Ser politólogo no es fácil, pero tampoco es difícil.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
