Como anillo al dedo

Las inundaciones que han sufrido Tula, Tepeji, Ixmiquilpan y otros municipios del Valle del Mezquital, con todo lo que significan de daño a miles de ciudadanos, se convirtieron en los hechos -entre otras cosas- en oportunidad para que aparecieran con el traje de benefactores, sensibles con cara de preocupación, de actores políticos, que lanzaron sus anzuelos para pescar lo que se pudiera en esta hora electoral y también para un coro de otro tipo de pescadores, que vieron el cielo en estos desgraciados hechos para lucir su don de profecía y de visionarios con una actitud que se puede resumir en la frase “se los dije”, porque en algún momento de sus vidas dijeron que había peligro con tanta agua que llegaba a Hidalgo o afirmaciones parecidas.

 

Vaya que las inundaciones les vinieron “como anillo al dedo” como dijo alguien recientemente.

 

Otros que aparecieron son los que se convierten en jueces de los hechos y señalan culpables a diestra y siniestra, de acuerdo a su real entender de las cosas y lo mismo le tiran a los blancos que a los amarillos.

 

LOS PESCADORES

El escenario de desastre dio oportunidad para los pescadores grillos que vieron en el dolor y angustia de mucha gente, el campo ideal para pescar imagen de gente buena, preocupada por los afectados y dispuestos a todo por ayudar y ser solidarios.

 

Si vemos que estamos en temporada electoral no fue raro verlos en acción.

Desde luego unos lo hicieron con el corazón limpio, porque entendieron que era su deber, sobre todo si aspiran a puestos de poder y ayudaron solo por ayudar, sin esperar nada a cambio y, por lo mismo, no convirtieron esta situación en una pasarela de vanidades.

Usted sabe quienes son.

 

LOS PROFETAS GRILLOS

Pero no son solo los politiquillos que aprovechan las inundaciones y cualquier desgracia para presentarse como los salvadores, en una actitud que forma parte de su estrategia en camino al poder.

 

También aparecen los profetas grillos, los que a gritos señalan “se los dije” y presumen que ellos y nadie más desde hace mucho habían señalado el peligro, pero que pese a su visión del futuro nadie les hizo caso.

Que si no, otro gallo cantaría.

 

Son los supuestos sabios y expertos de todos los temas, los analistas del futuro, los adivinos de lo que viene, que reclaman ser los que desde hace mucho denunciaron y advirtieron de lo que vendría, los Nostradamus de casa.

 

Aunque en su momento solo hayan hecho alguna reflexión en el sentido de que si viene tanta agua para la zona de Tula de otras entidades, como cargas residuales, pueden ser un peligro.

 

Afán por el protagonismo, sin embargo interesantes.

 

Porque a veces, por desgracia, el tamaño del desastre es tan grande que ninguna medida preventiva es suficiente.

 

Aquí lo interesante con carácter de responsabilidad es qué tanto funcionaron los protocolos ante este tipo de situaciones, lo que implica ya hasta planes nacionales que obligan a presupuestos importantes.

 

Hacer grilla como una diputada federal de Morena que defendió la no existencia del FONDEN porque, desde su sabia palabra, se prestaba a corrupción; es el cuento de siempre, de culpar al pasado de la desgracias de estos tiempos y no asumir las responsabilidades que se tienen.

 

Por suerte, la ciudadanía se dio cuenta quiénes trabajaron limpiamente por ayudar y quiénes buscaron hacer de la desgracia un río revuelto donde pescar.


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