CRÓNICA DE UNA TRAGEDIA. Y la vida se les apagó

Ivet Pasquel

“Era como la 1:35 de la madrugada cuando desperté y escuché un fuerte ruido del cual no hice caso, sabía que una víctima más había caído en esa curva que ya ha cobrado la vida de muchas personas”, relató un vecino del barrio de Santa María Texmeluca, ubicado a las orillas de la carretera Pachuca-Actopan, donde este día un auto volcó y dejó un saldo fatal.

“No quise acercarme porque ya hasta miedo me da ver gente que ha encontrado la muerte por falta de precaución, exceso de velocidad y ¿por qué no decirlo?: por conducir bajo los influjos del alcohol o hasta sustancias tóxicas”, añadió.

El hombre dijo que son ya 30 las víctimas que, recuerda, se han impactado en este mismo sitio, de los cuales en lo que va del año han ocurrido cerca de 15 accidentes; “pero este accidente es uno de los peores: 5 muertitos, ahora sí estuvo fuerte”, lamentó.

Homicidio culposo, así lo calificó la perito que acudió hasta el kilómetro 18, muy cerca de la localidad de San Juan Solís, municipio de San Agustín Tlaxiaca, para tomar parte. Murieron todos los ocupantes del auto Pontiac Sunfire, color gris, con placas del Estado de México; dos varones iban enfrente y en la parte trasera tres mujeres muy jóvenes, incluso una mascota de raza salchicha murió.

Mientras subían a nivel de tierra el automóvil que quedó deshecho, la especialista expresó que todo apunta que fue el exceso de velocidad el que cobró la vida de los ocupantes. Descartó que existan elementos para señalar que hubo algún tercero involucrado en el accidente, pues en la carpeta asfáltica no existe alguna huella de frenado, “creemos que querían tomar el retorno”, dijo.

Hasta este momento desechó la hipótesis de que las víctimas hayan consumido bebidas embriagantes, “no huelen, tampoco destilan alcohol, pero eso se conocerá cuando se realicen las pruebas”.

Las víctimas mortales no han sido reconocidas, sólo se encontró una credencial oficial con domicilio e inmediatamente se alertó a los familiares.

Al final, en la escena del crimen, el único que quedó sin vida y sin dueño fue la mascota que seguramente pertenecía a uno de esos cinco jóvenes que hoy perdieron sus ilusiones, truncaron sus metas y una familia.