En una entrevista exclusiva para el diario digital Effetá, Francisco Olvera Ruiz, exgobernador de Hidalgo y candidato a diputado federal por el distrito de Pachuca, expuso en detalle su desilusión ante la traición perpetrada por Sergio Baños, actual alcalde de Pachuca, hacia el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Olvera Ruiz, con una perspectiva histórica de la política hidalguense, contextualizó el ascenso de Baños dentro del partido, destacando su papel como proveedor de servicios y su posterior respaldo por parte de las estructuras priistas. La trayectoria de Baños, aunque inicialmente carente de un arraigo partidista sólido, se vio fortalecida por el respaldo de las estructuras y el apoyo de la sociedad.
“Toda la vida, el señor fue proveedor del partido. Durante muchos años, durante muchas campañas, él era proveedor del partido, contratado tanto por candidatos como por la dirigencia. Entonces, él hizo su empresa en mucha parte siendo proveedor del PRI. Después, desde ser empresario, no obstante que no tenía un arraigo partidista sólido, lo hacen candidato”, recordó.
El exgobernador profundizó en la disonancia entre las acciones de Baños y los principios y valores del PRI, enfatizando que la traición del alcalde no sólo afecta a las estructuras del partido, sino también a aquellos que confiaron en él y respaldaron su candidatura. Olvera Ruiz subrayó la importancia de la lealtad y la coherencia política en un contexto donde los partidos políticos deben representar y defender los intereses de sus bases.
Además, el candidato analizó el impacto de la traición de Baños en el panorama político local y nacional, señalando las implicaciones tanto para el PRI como para el sistema político en su conjunto. La acción de Baños, según el exgobernador, representa una ruptura con los principios fundamentales del partido, dejando en evidencia su falta de compromiso y lealtad hacia aquellos que lo respaldaron en su ascenso político.
En su análisis, Francisco Olvera resaltó la necesidad de fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas y transparencia dentro de los partidos políticos, con el fin de prevenir futuras traiciones y garantizar la coherencia entre las acciones de los líderes políticos y los principios partidistas.
La traición de Baños, concluyó, no sólo constituye un golpe para el PRI, sino también una decepción para aquellos que creyeron en su compromiso con los valores y principios que representaba el partido:
“El PRI tiene principios, declaración de principios, programa de acción, estatutos, valores, historia. Cuando eso no se reconoce, y a las primeras de cambio se decide cambiar, si no es una traición a las estructuras, a la gente que te dio el voto, y a los principios del partido que te apoyó, cómo se puede llamar entonces”, lamentó.
