Democracia participativa

Después de las tempestades que ha causado la puesta en marcha del Sistema Nacional Anticorrupción, la pregunta que queda en el aire es: ¿qué debe hacer la ciudadanía para ser un verdadero contrapeso de la clase política?

Ciudadanía participativa.

La democracia en el ejercicio de lo cotidiano implica el activismo social en el quehacer público; empero, el ciudadano en pleno estado de confort, displicencia, inconciencia y permitiendo el ejercicio diferido en manos de sus representantes, se convierte en un párvulo al que le meten el chupón en la boca.

La democracia participativa implica ciudadanos con un grado de involucramiento y conocimiento de la tarea pública, de modo que la clase política no haga lo que se le antoje, porque se establece un escrutinio constante sobre la tarea pública, lo que crea un efecto de auditoría ciudadana.

Un nivel perceptible de la democracia participativa es la lucha ideológica y sus valores, donde los ciudadanos intentan imponer su visión de Estado y proyecto nacional, cosa que determina los fines del Estado, lo cual no sucede en México.

En el caso concreto de los partidos políticos en una democracia participativa, son conductores sociales, intelectuales orgánicos del poder del Estado y expresiones ideológicas de la política; sus bases militantes son deliberantes y el ejercicio político es horizontal.

Es necesario que el mexicano despierte de ese letargo y marasmo en el que se encuentra postrado. Estamos por vivir una nueva elección presidencial y el país se juega un destino incierto, no puede ser posible que la ciudadanía siga en la indolencia que la ha caracterizado, porque esto la llevará a peores situaciones de vida.

De poco o nada sirve la quejumbre popular frente a una clase política incontrolable; de poco o nada es útil demandar del Estado sin argumentos, y tampoco sirven los lamentos ex post facto.

La democracia participativa demuestra que el ciudadano organizado es más que un partido político, más que un candidato o representante popular y más que una prebenda o dádiva gubernamental.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.