Increíble pero cierto: el proceso electoral ha caído en un bache ante el peso del Mundial Rusia 2018; en pocas palabras, no calienta a nadie y todo indica que sólo será relevante el 1 de julio, día de las elecciones.
Pero existe una variable de peso (al menos rumbo a la Presidencia de la República) que hace que este proceso político haya perdido fuerza, y no es otra que el hecho de que Manuelovich la tiene ganada, lo único que se espera es conocer el resultado oficial, que ante propios y extraños apunta a que el político tabasqueño se habrá de convertir en presidente de México.
Lo que debe estar fraguándose en estos momentos son los amarres de fondo entre aspirantes menores y coaliciones para tratar que la representatividad de Manuelovich en el Senado y en la Cámara Baja no resulte tan aplastante que impida el contrapeso político, lo cual para la estabilidad de los intereses creados no sólo sería fatal, sino que los empujaría a la oscuridad plena.
Si a este escenario le añadimos el efecto AMLO, las cosas no parecen nada halagüeñas para los adversarios de MORENA, cuestión que debe haber penetrado en la mente de muchos y estar causando estragos en las organizaciones partidistas, porque es un hecho que la defección y fracturas internas ya se encuentran a la orden del día, por lo que están enfrentando una crisis de dimensiones insospechadas.
A pocos días de emitir los votos en las urnas, México es más violento que nunca, y esto presagia la tormenta de los poderes fácticos y políticos, porque parir el nuevo gobierno será con dolor, y esta vez habrá una disputa entre las formas tradicionales de hacer política y las pretensiones por hacer una nueva política de Estado.
El rostro del país habrá de cambiar con el gobierno de MORENA y su coalición, pero no se dará de una manera radical, porque esto expondría a que la purga intestina genere un ascenso de la violencia de magnitudes inusitadas, porque los golpeteos fácticos y formales se manifestaran ante la impotencia de poder controlar el poder.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
