La crisis de Facebook por el manejo de datos personales con fines electorales en Estados Unidos -hasta ahora sólo ese caso se conoce- evidencia que vivimos en una era en que la sociedad está siendo ampliamente utilizada para beneficio de terceros.
La personificación para gestionar o enfrentar una realidad, si bien es cierto es indispensable, no lo es así la presencia inmediata, la era virtual lo permite y se ha convertido en un verdadero peligro.
Los escándalos mayúsculos del escenario político en Estados Unidos, donde Donald Trump utilizó para su ascenso al poder diversos mecanismos de espionaje político y de manipulación, que descubren la vulnerabilidad mental y cognitiva de la sociedad, han generado alarma porque cualquiera puede ser intervenido y utilizado, ver suplantada su personalidad o bien, generar condiciones de juegos de interés.
Lo que subyace en todo esto es que los datos personales y el conocimiento público de éstos no sólo ha sido utilizado con intereses del orden electoral, sino que sabemos que transitan por esferas económicas, culturales y sociales, generando control y dividendo para diversos grupos que se esconden y manipulan a la sociedad.
La era virtual y de manejos informáticos ha causado menos certidumbre de la que se pudiera pensar y, por el contrario, la pérdida del anonimato que históricamente existía ha creado suficientes vértebras para que nadie se encuentre a salvo. Ser visible es tan peligroso como salir a la calle, cuestión que produce un quiebre en la seguridad emocional y física de las personas.
La intrusión y el creciente intervencionismo en el manejo de la información y datos personales no tendrá vuelta de hoja, la privacidad no es tal y dejó de serlo hace mucho tiempo, cuestión que debe ser analizada de acuerdo al derecho de autodeterminación personal, el cual se debe legislar y los ciudadanos deben estar atentos.
El nuevo milenio denota una gran descomposición social, no hablamos de sociedades que respeten al hombre, se ha perdido lo poco ganado en materia de derechos humanos y ahora está de manera feroz la presencia de la manipulación en diferentes dimensiones de la vida social y personal, como nunca antes lo estuvo en la historia de la Humanidad.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
