Garza morena con hacha en mano

Primero buscaron “juicio político” contra el gobernador Omar Fayad cuando, tomando como causa una supuesta represión el 31 de julio contra sus vándalos diputados (que incluso se brincaron las rejas del Congreso, como señalan los medios que hizo la ocurrente SIMEY OLVERA, que se autodenomina La Paloma) que protestaron y quisieron impedir la sesión de la LXIII Legislatura porque desde su óptica aprobarían medidas que lesionaban a Morena. Incluso hicieron una marcha los primeros días de agosto con todo el apoyo de su patrón, Gerardo Sosa Castelán, que amenazó, acompañado de quien tiene rentado como rector, ADOLFO PONTIGO, que la Universidad saldría a la marcha por la represión que sufría por parte del mandatario, subrayando junto con Sosa lo que consideraban represión.
Pero las morenas garzas enseñaron la cola en un acto de irreflexión al que los llevó su soberbia, quedando claro quién movía todo en busca de hacerse del poder con el manejo abusivo de sus DIPUTITINOS, que por lo que se ve, se mueven conforme les mueven los hilos. Por suerte, alguien con sentido común y autoridad sobre el Grupo Universidad y sobre Gerardo Sosa les ordenó cancelar su asistencia a esta marcha que habían promovido entre los estudiantes por todos los medios.
Quedó claro que quien movía todo, quien les ponía el hacha vengativa en las manos, el autor de este teatro con sentido de venganza y de revancha era, al parecer, Gerardo Sosa Castelán, que no acaba de entender que OMAR FAYAD es un gobernador que no se doblará ante las amenazas, chantajes y provocaciones del dueño de la Universidad porque la legitimidad del jefe del Ejecutivo en su cargo es más fuerte y contundente en Omar que en los titinos elegidos en la ola de AMLO el primero de julio, sin rostro definido la mayoría de ellos, como les dijo hace unos días a los diputitinos el panista ASAEL HERNÁNDEZ para bajarlos del ladrillo al que se quieren subir, alegando un protagonismo en la política del estado que están muy lejos de tener por el pecado original de su existencia.

El evento del 31 de julio en el Congreso fue el primer movimiento del Grupo de Sosa en este enfrentamiento (más personal que de partido) que hizo, por lo que se ve, el dueño de Morena. El segundo movimiento de este ajedrez político fue la marcha contra la represión, muy deslucida por la baja de las garzas que doblaron el pico, aunque al final se aventaron la puntada de pedir JUICIO POLÍTICO contra el gobernador en una iniciativa desafortunada, lanzada con el hígado y no con la cabeza, y desde luego con la falta de oficio en estas tareas de la buena política.

Por cierto, quien encabezó la marcha fue “El Calcinador” CIPRIANO CHÁRREZ, que ya antes había estado con su gente en la fallida toma del Congreso el 31 de julio, con el estilo violento que le caracteriza y que según él “hacía temblar” al gobierno federal y estatal. Pero el que tiembla es él, después de su lamentable actitud en el accidente en que abandonó a un joven padre de familia que moría calcinado y al que no auxilió porque prefirió huir del lugar de los hechos y que lo tiene a la puerta del desafuero para caer en las manos de la justicia. Morena no puede apostarle al olvido porque hay facturas que se pagan más temprano que tarde y ésta la debe pagar Chárrez conforme a la ley, a no ser que quieran hacer una consulta para saber si los ciudadanos apoyan la aplicación del marco legal al calcinador.

LA CACERÍA SIGUE
Después de las intentonas de juicio político y la desaparición de poderes que los obligó a replegarse con la cola entre las patas, las garzas volvieron al ataque, aunque ahora con el argumento de darle a los ciudadanos la oportunidad de influir y expresar su opinión en los hechos importantes, para lo cual subieron a tribuna la iniciativa para instaurar un referéndum, plebiscito, consulta popular, pues, y su tercera intentona contra el gobernador: REVOCACIÓN DE MANDATO. Esto no se ve mal si no se tiene la historia completa de la cacería que los diputitinos tienen contra el gobernador Fayad, al que por órdenes de su patrón intentaron hacerle juicio cuando todavía ni conocían bien la Cámara de Diputados. Y después, dirigidos por el ahora ya descabezado VERAS GODOY, quisieron la desaparición de poderes en una exhibición de torpeza que por fortuna Ricardo Monreal frenó con sentido común. Por esta secuencia de ambición del poder y el sentimiento de rencor irracional que los dueños de la Universidad tienen contra el jefe del Ejecutivo, esta propuesta tiene más intención de revancha y venganza que de sentido de servicio al estado.
Y así, los legisladores LISETT MARCELINO TOVAR, LUCERO AMBROCIO CRUZ y SUSANA ÁNGELES hicieron la propuesta. Lo que busca el Grupo que maneja a los legisladores de Morena, parece, es ganar el poder sin elecciones y para ello llevar a cabo en la próxima elección, que es cuando la ley lo permite, la revocación en la gubernatura y poner como mandatario a alguien que obedezca a Gerardo Sosa.

Otra vez el sueño de la lechera.
Lo que se adivina es que para la elección de 2020, que nos debe dar nuevos presidentes municipales, los diputitinos promoverán la revocación de mandato en el cargo de gobernador atendiendo indicaciones de su dueño, con la confianza que creen tener por la fuerza de AMLO. Si cumplen con lo que puede ser ley, porque en este momento sólo es una iniciativa turnada a la inexistente Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales, puede proceder la revocación como consulta y todo hace ver que se llevarían un portazo en las narices o en el pico de aves grillas.
Nos explicamos: para la elección de 2020, los diputitinos llevarán casi dos años de ejercicio y AMLO un año con 7 meses. El ejercicio del poder crea facturas y desgasta porque no a todos se puede tener contentos y se cometen errores, puede ser que para esas fechas el que será presidente ya no tenga todo ese bono de confianza de la ciudadanía, que verá con claridad que no todo lo que brilla es oro y que más vale irse con cuidado en eso de darle todo el poder a una persona, y menos a gente que ni se conoce, como en el caso de los diputados y mucho menos a un grupo de abusivos obsesionados por el poder por los caminos que sean, como es el Grupo de Sosa.

Si lo intentan, los actuales diputados en su partido antes deberán pagar sus pecados de soberbia, que llega al grado de querer gobernar por sus desplantes de “creadores”, pues dan la impresión de que piensan que los ciudadanos los eligieron gobernadores y que basta su palabra para componer todo de acuerdo a sus ocurrencias, y sienten que es suficiente con que ELLOS lo digan o denuncien para que todo se componga. Algo así como la palabra del Génesis, en que sólo con su palabra el Creador hizo cielos y tierra.
En ese plan andan los diputitinos. La realidad parece distinta, además de que el gobernador tiene, en sus hechos y acciones, un muro en que se rompen los colmillos de las serpientes. No por nada las calificadoras serias lo ubican entre los mejores gobernadores del país.

El tsunami 2018 de Obrador es una cosa, pero un tsunami 2020 en Hidalgo parece el sueño de la lechera con pico de garza. Además de que ese año puede resultar un despertar amargo para los morenos, porque una elección de alcaldes es muy distinta a lo que vivimos hace poco con AMLO.
Por lo pronto, no hay que perder de vista el actuar de todos ellos.