Gerardo Sosa quiere votos

Desde septiembre de 2016, las páginas de los diversos medios de comunicación locales parecen una novela de grillas muy a la mexicana, o mejor dicho a la hidalguense. Hemos visto cómo la fracción política de los olveristas ataca constantemente a una administración pública estatal ya no tan reciente.

Si bien las embestidas contra el gobernador Omar Fayad Meneses son cada día más frecuentes, ya no se pueden ocultar, al contrario, con el paso de los días se siente latente “la mano que mece la cuna”: José Francisco Olvera Ruiz acarrea todos los esfuerzos de sus amigos y cercanos para robarle credibilidad al mandatario.

Uno de los olveristas que a últimas fechas se ha visto preocupado por el bienestar de los hidalguenses, es Gerardo Sosa Castelán, el “dueño” de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

Resulta que uno de los grandes problemas de la educación en el estado es la reducida oferta de espacios educativos en el nivel medio superior y superior en escuelas públicas; año tras año se ven desfilar cientos de aspirantes rechazados por la UAEH que tienen que buscar otras opciones (no siempre de calidad educativa), o esperar para volver a concursar hasta ser aceptados en la UAEH.

Sorprendentemente en semanas recientes, autoridades de la Autónoma de Hidalgo anunciaron cambios en las políticas para este año: recibirán en educación de bachillerato a todos aquellos que se inscriban como aspirantes.

La buena voluntad repentina de Gerardo Sosa Castelán se debe a la animadversión política existente entre él y Omar Fayad.

Sosa Castelán gozó de cercanía y respaldo total de Olvera Ruiz en el sexenio pasado, le permitieron hasta copiar el nombre de “Ciudad del Conocimiento”, porque se dice que es el actor político con mayor influencia y manejo de los jóvenes estudiantes en todo el estado.

De aquí resulta evidente que la razón para aceptar a tantos aspirantes es la motivación política de reforzar y engrosar su capital para darle batalla al gobernador actual en un plano distinto al de los medios de comunicación.

Sosa se muestra con la espada desenvainada en contra del gobernador, o es lo que deja ver a través de las publicaciones de su periódico personal “El Independiente”, que no pierde oportunidad para denostar la labor del gobierno o poner en entredicho el discurso institucional.

Y por otro lado, coloca a Adolfo Pontigo Loyola como rector de la UAEH. Habrá que recordar que éste es hermano de Juan de Dios Pontigo Loyola, titular del Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, hombre de confianza del gobernador y de Angélica Pontigo Loyola, nada menos que la esposa de Alberto Meléndez Apodaca, quien se ha esforzado en respaldar el trabajo del gobernador para validar el suyo en el CDE del PRI Hidalgo.

Adolfo Pontigo Loyola arriba por la famosa prelación estatutaria a la rectoría; por un lado es bien sabido que es una persona cercana a su familia y que sus dos hermanos son allegados a los círculos de Omar Fayad Meneses, sin embargo él cuenta con carrera propia en la Universidad Autónoma.

Mientras el secretario general de la UAEH es Agustín Sosa Castelán, hermano menor de Gerardo Sosa Castelán, lo cual involucra un dilema y enredo político, porque Adolfo representa al enemigo en casa, mientras Agustín es la familia.

El siguiente paso de Gerardo Sosa es un misterio hasta el día de hoy, pero será estratégico y una pieza más en el contexto político actual. Es poseedor de un diario estatal, su capital son los estudiantes; habrá que esperar a quién elige para encabezar sus intereses.


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