Hidalgo 2024, entre corcholatas y gelatinas

“En la visita reciente de Xóchitl Gálvez a la entidad sobresalió la inoperancia de las estructuras operativas del PAN y el PRI (…) En contraste, Sheinbaum protagonizó un encuentro ciudadano que marcó la consolidación de la prospectiva de gobierno de las nuevas rutas de la 4T en Hidalgo”.

Se han invertido las lógicas de la liturgia política en Hidalgo, que por más de nueve décadas se mantuvo bajo la hegemonía del PRI.

 

En los años mozos para el antiguo régimen en Hidalgo reinaban la inequidad y la miseria social, el caciquismo y una estructura política corrupta más que incrustada; eran parásitos que actuaban como juez y parte de la realidad social y mantenían el imperio de la cúpula priista, la cual, elección tras elección, anunciaba el “destape político” con bombo y platillo, mientras la oposición democrática era sólo comparsa desarrapada en el gobierno.

 

En la visita de Claudia Sheinbaum a Hidalgo deambularon aspirantes, rémoras del escaño y marginados políticos para mostrar su adhesión política, muchos rastreros y pocos con conciencia política. La noticia importante es que la aspirante a la Presidencia indicó la estrategia de microcélulas de difusión política, invitando a que se integren contingentes de diez ciudadanos para su despliegue.

 

La oposición tiene perdida la elección de este año en Hidalgo, es Morena el que marca el ritmo del destape de las corcholatas que, en una nueva liturgia, han tenido que postergar su arribo a la lista rumbo a la contienda política, rompiendo con el protagonismo agónico de las gelatinas del PRI, PAN y PRD, que han tomado el papel de pobres comparsas de la política nacional.

 

En la visita reciente de Xóchitl Gálvez a la entidad sobresalió la inoperancia de las estructuras operativas del PAN y el PRI, pues no lograron despertar el interés de la ciudadanía hacia la candidata oriunda de Tepatepec, lo cual revela que su alianza está derrotada desde ahora.

 

En contraste, Sheinbaum protagonizó un encuentro ciudadano que marcó la consolidación de la prospectiva de gobierno de las nuevas rutas de la 4T en Hidalgo, donde la directriz del gobernador Menchaca Salazar es la depuración del sistema político local que, a través del cumplimiento de la tarea pública, garantiza legitimidad y gobernabilidad para los próximos seis años con la continuidad de Morena.

 

En este juego de luces y sombras, la liturgia del destape político de Morena Hidalgo deja dos frentes de acción: la selección de candidatas y candidatos cuyos vínculos políticos afiancen el proyecto de Menchaca y, en un segundo escenario, la construcción de las lógicas de conducción política para afianzar la continuidad de la transformación en manos de Claudia Sheinbaum.

Es la oscuridad la que se cierne sobre la alianza política del antiguo régimen, la cual, en la temprana visita de Xóchitl Gálvez, ha proyectado la caída en picada de las posibles gelatinas del PRI, PAN y PRD, que se encuentran a la expectativa de los escaños que sobren después de que Morena arrase. El futuro de la oposición no sólo es lúgubre, sino que advierte la imposibilidad de operación política en las estructuras de poder.

¿Qué debe esperar la ciudadanía del proceso electoral de 2024? De Morena Hidalgo y sus corcholatas, la preservación de la honestidad pública y la profundización de las rutas de la 4T, lo que exigirá el cumplimiento de la tarea pública y la proximidad gubernamental de Julio Menchaca y su equipo a la ciudadanía con dos tareas pendientes: reducción de la pobreza y de la asimetría social. De la alianza del antiguo régimen y sus gelatinas, el electorado simplemente será testigo de un trabajo para el que jamás estuvieron preparados y, por tanto, tendrán que enfocarse en la construcción de un proyecto político que concrete dos tareas pendientes: integridad política y justicia social.


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