Hidalgo no politiza la justicia ni la democracia

“La declaración del diputado de extracción panista Guillermo Vega Guerrero (…) arguyendo que “a Querétaro le perjudica mucho la vecindad que tiene con dos estados ‘sin ley’” -aludiendo a Hidalgo y al Estado de México-, debe ser analizada en el contexto del proceso electoral en puerta y del juego de intereses de los representantes del antiguo régimen”.

El dantesco y desafortunado hallazgo de 9 cuerpos en la ciudad de San Juan del Río, Querétaro, obliga a una reflexión de fondo.

La declaración del diputado de extracción panista Guillermo Vega Guerrero, de la LX Legislatura del estado de Querétaro, quien ha creado una arena política de gladiadores en revancha, arguyendo que “a Querétaro le perjudica mucho la vecindad que tiene con dos estados ‘sin ley’” -aludiendo a Hidalgo y al Estado de México-, debe ser analizada en el contexto del proceso electoral en puerta y del juego de intereses de los representantes del antiguo régimen.

La impudencia del legislador contrasta con los logros de equilibrio y paz social en Hidalgo en el primer año de la administración de Menchaca Salazar, quien ha logrado que la procuración de justicia responda exitosamente a la estructura de combate a la corrupción e impunidad de la nación. Más aún, ha garantizado la reivindicación del tejido social frente a la descomposición en que dejaron al país los gobiernos del antiguo régimen, donde el panismo fue protagonista de una alternancia maquillada y fallida, que además enlutó a México por la guerra contra la delincuencia organizada ordenada por Felipe Calderón.

Los estragos que a nivel nacional causaron los contubernios políticos del antiguo régimen, en las últimas horas han develado el juego mafioso de intereses entre el PRI y el PAN en Coahuila, en manos de Alito y Markito; inclusive, en anteriores negociaciones políticas de obstrucción democrática en el gobierno de Peña Nieto con el panismo. Sin duda, eso manifiesta la putrefacción y lo delicado del entramado de las redes de los gobiernos del antiguo régimen, por lo que el escenario que ha enfrentado en la procuración de justicia y democracia la administración de Julio Menchaca aún carga con los resabios y el lastre de la conducta de la mafia política que tutelaron el tricolor y el albiazul en el país.

Lo anterior nos lleva a afirmar que los pronunciamientos de Guillermo Vega Guerrero no tienen cabida frente a la cadena de corruptelas e impunidad durante los sexenios del Partido Acción Nacional.

La frustración del diputado queretano es producto de la agonía política de su partido y de pretender esconder el fracaso de la alianza con el PRI y el PRD en las elecciones de este año. La fallida coalición no tiene un proyecto que provenga de las legítimas aspiraciones del pueblo y cuya identidad política pueda definir el progreso social que ha encumbrado la 4T que, en Hidalgo, se encuentra construyendo una revolución de la conciencia ciudadana en sus nuevas rutas de transformación social.

La memoria de la clase política del antiguo régimen suele ser laxa. El diputado panista Guillermo Vega Guerrero es evidencia palpable de la amnesia demagógica y el gatopardismo, cuyos instrumentos de control social sólo han generado pobreza y desigualdad por décadas en sus gobiernos; condiciones todas que explican de sobra el fracaso de una casta política rapaz que no encuentra la manera de retornar al poder.

La fórmula para que el PRIAN y su vástago menor, el PRD, regresen al poder en 2024 es simple: crear un proyecto de nación donde la justicia social y la dignidad humana no se construyan en contubernios mafiosos como los que históricamente edificaron, para que la cloaca que Alejandro Moreno y Marko Cortés han destapado en Coahuila no sea el ejemplo de la corrupción e impunidad que corroen al PRIAN y que le duelen al diputado Guillermo Vega Guerrero, quien debería aprender una lección moral y política de la hidalguía del queretano Santiago Nieto Castillo, el gendarme custodio de la justicia y la democracia.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , , , , , , , , ,