El honor del pueblo puede cambiar al país

Es verdad: la solidaridad debe ser una constante social y no la excepción, pero qué orgullo se siente cuando el pueblo toma la calle y con voluntad y hermandad ayuda al que está caído y en desgracia, aquellos que, no importando su origen o estrato social, merecen nuestra ayuda y apoyo.

Qué lindo es ver los puños en alto pidiendo silencio para hacer el rescate de los caídos; ese puño es un símbolo de unión, una sola voz, un solo sentimiento que enorgullece, que muestra que, si hemos equivocado el camino, podemos enmendarlo.

Es contundente: somos más lo que queremos construir un mejor país que aquellos que se sirven del pueblo y la Nación.

Ha quedado manifiesto que el chovinismo no prima ante la solidaridad, que la gente busca expresar con su ayuda y genuino interés, que los seres humanos no somos antípodas, no somos enemigos, que podemos trabajar unidos y que lo único que esperamos y deseamos es el respeto del poder que hemos constituido para rescatar lo mejor de la Nación.

Sería lindo que este despertar del pueblo no se quede contenido en este momento de dolor y tragedia, que trascienda como una llama que enciende la conciencia social para crear un país de oportunidades para todos, donde la pobreza no sea la constante de la realidad, donde el robo avergüence a los ladrones y busque el camino del trabajo, donde la corrupción nos indigne y dé asco y no la aceptemos, donde la grandeza de aquellos que con sus manos removieron los escombros para salvar a los caídos, remuevan los escombros de la oscuridad que se cierne sobre la patria.

Algo tenemos que hacer.

Es tiempo que la fuerza unitaria del pueblo limpie la realidad social, que engrandezca la honestidad y que la igualdad legal se convierta en la igualdad de nuestro espíritu.

¡Carajo!, rescatemos el valor de nuestra humanidad, veamos al vecino como nuestro igual y nuestro fraterno, consideremos el valor de la Tierra, busquemos ser fértiles en nuestros trabajos, entreguemos al otro una palabra de bondad, un gesto de generosidad, un compromiso desde nuestro ser con el que menos tiene, con el que no hemos mirado, aquello que llamamos pueblo.

Avatar photo

Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


ARCHIVADO EN:




Avatar photo

CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.