La geografía del estado de Hidalgo dificulta el acceso a la red de telecomunicación, que permite utilizar internet o el servicio telefónico vía celular, a lo cual debemos añadir que, según las posibilidades económicas de cada familia, se facilita o complica el contar con aparatos para acceder a las redes sociales. Sin embargo, una opulenta clase política posee la capacidad económica de contratar call centers, agencias de publicidad o centros de operación, cualquier nombre es bueno para determinar aquel lugar en el que se dedican a seguir perfiles personales en redes sociales en búsqueda de fotos o comentarios, creación de memes sobre personajes políticos y su actividad favorita: comentar notas, columnas o trascendidos con la finalidad de hacer parecer que reflejan la opinión ciudadana.
No es sólo un grupo político el encargado de dicha labor, pero sería interesante saber los nombres de los encargados, quienes palomean la tarea de hacer memes o comentar artículos como parte de su “estrategia política”, así como el proceder de los fondos para solventar estos minichangarros.
Sin duda alguna, los políticos hidalguenses ahora buscan emprender pequeños negocios que les permitan tener injerencia mediática, pues parece que la publicidad en medios locales ya no les es suficiente para crecer o golpear nombres a placer.
Resulta evidente que la anquilosada clase política hidalguense no ha aprendido a utilizar la propaganda digital, pues no puede evitar dejar pistas sobre su proceder un poco cavernícola, que hace brotar de inmediato la broma sobre si sabrán enviar correos electrónicos, adjuntar archivos o si se limitan a ver fotos de mujeres jóvenes para buscar a su próxima conquista.
Es así como los ciudadanos quedamos expuestos a los comentarios de unos cuantos políticos que por medio de bots proyectan ideas cortas o achatadas que ni siquiera tienen coherencia, mientras emprenden una nueva y fabulosa idea: activar cuentas personales de algunos allegados como canal para difundir ciertas posturas o alabanzas que simplemente sirven para sentirse menos despreciados por la sociedad hidalguense.
Repentinamente, las redes se ven inundadas de comentarios favorecedores o atacantes, que no provienen más que de un montón de viejitos políticos tratando de sentirse poderosos porque saben que su debacle no tiene vuelta atrás.
