Nietzsche advirtió que vivimos una era donde los ídolos atraviesan por su extinción y es la ciencia la que debe tomar su lugar; sin embargo, la ciencia es en estos momentos de pandemia menos que un pedo en un huracán.
En este entramado, la locura política se precipita convirtiendo a la mayor parte de los políticos y los partidos en gigantes con pies de barro que no representan a la ciudadanía, sólo a sus intereses particulares para mamar la teta del Estado.
Es increíble que como ciudadanos no hayamos podido generar otro tipo de organizaciones para encausar nuestros asuntos públicos que no sean los partidos políticos y, lo más cruento de esta realidad, es que todavía se vota por partidos y candidatos que no presentan ninguna propuesta válida para guiar desde la función pública el porvenir social. Esto no sólo es lamentable, sino fiel reflejo de la pobreza política de la ciudadanía.
Por ende, la locura política no es de la clase política y sus partidos, en realidad es de la ciudadanía, la cual ha construido una realidad paralela a la que la clase política ve con claridad, para caer en el “pan y circo” en vez de organizarse para crear un nuevo Estado, porque lo perceptible es que la pandemia y las inconsistencias gubernamentales situadas en el lastre de la clase política nos llevarán a la desolación en 2021, año que se precipita hacia un quiebre histórico de la sociedad.
No puede ser posible que la sociedad no encuentre cómo vertebrar una salida para generar otro contrato social que en realidad propicie la equidad de oportunidades, esto es claro y si alguien cree que de la pandemia regresaremos como el ave fénix, es sólo un mito; el pueblo ha estado en la miseria más espantosa por décadas, ¿qué otra realidad habrá después de la pandemia?, ninguna que no sea más cruenta.
Si el pesimismo de la realidad no nos lleva al optimismo de la inteligencia, como advirtió Gramsci, habremos perdido una de las mayores oportunidades de la historia para cambiar las relaciones de dominio de un Estado donde la clase política ha enquistado toda posibilidad de porvenir social. El que siga creyendo en los discursos, en las promesas demagógicas y en el gatopardismo, lo único que le queda es seguir en esta miseria social.
Suscríbete a mi canal de YouTube, “Ciudadanía de Cristal”.
Consultoría política y lectura de Tarot: [email protected]
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
