La evolución del Instituto Nacional Electoral (INE) debe dar el salto cualitativo de la autonomía como órgano electoral, hacia la reestructuración de su presencia en torno a un escrupuloso control ciudadano que evite los podres cuasi mesiánicos de los consejeros que actualmente conducen sus estructuras y que paulatinamente se han convertido en seres omnipotentes que no admiten las prescripciones que exige la ciudadanía para garantizar una autonomía soberana desde una estructura que responda a la democracia ciudadana que debe guiar la democracia electoral.
Las vértebras de la transformación del INE nacen del cuestionamiento paralelo del sistema político y de la democracia representativa que ha reaccionado frente a la omnipotencia que reviste esta estructura política, cuyo poder ha puesto en entredicho no solo su imparcialidad en el manejo de los procesos electorales, sino también su eficiencia, costos y apego a la legalidad.
El cuestionamiento de fondo estriba en la probidad de jure y de facto que debe guardar esta estructura política autónoma, la cual se ha erosionado y debe ser sometida a una Reforma Electoral que genere mayores condiciones de control de sus procesos, lo cual no debe ser interpretado como una obstrucción hacia su autonomía, sino al poder escrutado de esa autonomía para salvaguardar la pulcritud de la ingeniería electoral que hoy se encuentra en entredicho.
En esta realidad, el INE ha iniciado una campaña de encontronazo directo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, sin generar la autocrítica hacia sus componentes que han propiciado una omnipotencia y prepotencia política que no debe expresar ningún órgano público en el país.
En este trazo crítico, el presidente consejero del INE, Lorenzo Córdova, ha resultado un personero que ha regido este organismo con una de las actuaciones más desafortunadas desde su origen, al grado que aún perduran en la memoria colectiva las burlas a los pueblos originarios que protagonizó al inicio de su mandato y que evidenciaron un sesgo dentro de la cultura política que debe presentar un líder de este rango.
La Reforma Política que lleve a la reestructuración del INE no solo es necesaria, sino también producto de una democracia que debe continuar perfeccionando la evolución y transformación político-social de la nación.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
