La pifias del beisbol y la política

Ha llegado a su fin el clásico de octubre: la Serie Mundial, un signo de una disputada guerra en el diamante en la que dos franelas, la texana y la de California, aplastaron el pitcheo y con la fuerza del tolete llegaron a la cuenta máxima,  el séptimo juego.

De lado quedó la historia de cada equipo -la de los Dodgers más longeva que la de Houston, que pese a haber nacido en los sesenta ha tenido grandes peloteros (Biggio, Clemens y Nolan Ryan, entre otros)-, en el campo la ambición de los de Astros superó los 29 años de sequía de Dodgers. Se acabaron los maleficios y cada edición de la Serie Mundial encumbra nuevos héroes y pone en su lugar a los que se arrugan en los momentos decisivos.

Así en la política, los afamados un mal día pueden provocar pifias, errores garrafales que marcan, para bien o mal, su legado. Veamos: recuerdan a Germán Martínez Cáceres, el líder joven del panismo que ante la derrota en las elecciones intermedias de 2009 se impuso el castigo de dejar la presidencia y la militancia en Acción Nacional. Digamos que optó por batear por la ruta de la vergüenza, del uno al tres como se anota en el box score beisbolero.

Roque Villanueva, el líder de la bancada tricolor, logró la aprobación de un incremento al impuesto al valor agregado; una vez conseguido el objetivo de lograr la mayoría en la Cámara de Diputados realizó una señal captada en la cámara de un fotógrafo de La Jornada. La gráfica donde mostraba anuncios eufóricos priístas en señal de burla y arrogancia por haber logrado el impopular gravamen. El efecto de aquella imagen bautizó aquella coreografía de burla del legislador como “la roqueseñal”. Han pasado casi 20 años y la pifia del parlamentario sigue presente en el imaginario popular. En la política, como en el deporte, los signos de excesiva celebración generan connotación de rechazo social, pues el festejo desbordado se asume como una burla contra el derrotado.

Pero sí existe un error que representó la torpeza de un gobierno entrante de Ernesto Zedillo, ese mismo, el que usted y yo recordamos como el de 1994. Con una economía sostenida con alfileres, Salinas y su gabinete económico entregaron el poder en condiciones de fragilidad. La primera torpeza y de paso novatez del  recién llegado a Los Pinos  fue reacomodar al salinista Jaime Serra Puche de la secretaria de Comercio a la de Hacienda, luego transmitió el nerviosismo de una posible devaluación que de inmediato alguna filtración utilizó para incrementar la fuga de capitales hasta depreciar la moneda y generar una crisis económica que llevó de nuevo a los mexicanos a una pérdida del poder adquisitivo. Error garrafal como el realizado por Bill Buckner, jugador de Boston, en el sexto juego de la Serie Mundial, a tres outs de romper la maldición del bambino de Oro, un tibio roletazo en dirección de primera base, que parecía el fin de la entrada base provocó que Buckner atacara mal la pelota con el guante y que de manera angustiosa viera pasar la bola por debajo de sus piernas. Esa jugada marcó el derrotero de la Serie,  los Mets de Nueva York se levantaron para ganar ese juego, que prácticamente tenían perdido. Así los Mets de Nueva York empataron la serie y dos días después se coronaron como campeones del mundo, dejando a Boston de nuevo en la orilla con casi un centenario sin conocer el sabor del triunfo en una Serie Mundial. Así ocurre en la política y en el beisbol, los errores son parte de la naturaleza humana, la dimensión de cada pifia a veces es un campeonato, más dramático resulta cuando se juega la estabilidad económica del país.

En el bullpen

Llegó la hora de hacer el último calentamiento, el hidalguense Miguel Osorio Chong está listo para disputar la candidatura interna del tricolor. Para algunos los dados están cargados con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade. Pero esas pueden ser señales falsas, porque los méritos del residente del Palacio de Cobián son abundantes, amén de ser el jefe del gabinete y el hombre más cercano al presidente. La disputa por ganar la titularidad del juego de 2018 ha llegado, dependerá de los lanzamientos del serpentinero y jefe del interior demostrar si tiene la ambición y los arrestos para quedarse con el puesto por el que ha trabajado todo el sexenio.

 

Un ruletazo tibio y lento de Wilson, en dirección de la primera base, parecía el fin de la entrada. Nadie contaba con que Buckner atacara mal la pelota con el guante, y que ésta pasara por debajo de sus piernas.

Por: Mario Ortiz Murillo

Por vocación sociólogo, de placer periodista. Soy un adicto enfermizo a las buenas y malas películas, especialmente las de culto (para mí). Me considero plural y lucho, desde mi humilde tribuna, en el aula y en la prensa por promover la tolerancia. Fiel seguidor de los Pumas, el mejor equipo de México y de la mejor institución del mundo, la UNAM. Aunque mi verdadera pasión no está en el deporte de las patadas sino en los batazos y las atrapadas. El rey de los deportes, según mi filosofía, debería convertirse en el deporte nacional y mundial por decreto de la ONU. Cuando esto ocurra, prometo jubilarme y dedicarme a bolear zapatos y arreglar bicis.






TRES BOLAS Y DOS STRIKES - Mario Ortiz Murillo

Por vocación sociólogo, de placer periodista. Soy un adicto enfermizo a las buenas y malas películas, especialmente las de culto (para mí). Me considero plural y lucho, desde mi humilde tribuna, en el aula y en la prensa por promover la tolerancia. Fiel seguidor de los Pumas, el mejor equipo de México y de la mejor institución del mundo, la UNAM. Aunque mi verdadera pasión no está en el deporte de las patadas sino en los batazos y las atrapadas. El rey de los deportes, según mi filosofía, debería convertirse en el deporte nacional y mundial por decreto de la ONU. Cuando esto ocurra, prometo jubilarme y dedicarme a bolear zapatos y arreglar bicis.