Terminan las precampañas -esta extraña etapa del proceso electoral en que los que aunque de hecho son los candidatos se les debe llamar PRECANDIDATOS-, porque falta otra etapa que se llama INTERCAMPAÑA, en la que entre otras cosas se deben declarar ya como candidatos, aparte de ocupar estos más de 50 días para afinar estrategias y tácticas a seguir, subrayando que la comunicación adecuada y bien hecha es vital para posicionarse entre los votantes, que esperan ser los que hablen y propongan caminos de urgente solución, a veces muy lejanas de lo que piensan asesores y genios de cada candidato.
La propuesta es importante, pero mucho más la voz de los ciudadanos y de quienes opinen a favor o en contra de manera generosa y no para llevar agua a su molino.
Actualmente la planeación de las campañas se ha sistematizado mucho y se habla de la estrategia política de comunicación y medios, en una denominación general que se conoce como plan de medios, en que se visualizan los medios de comunicación para buscar en su trabajo profesional el apoyo serio para llegar a los electores y lograr lo importante que es ganar la elección.
Lo que dice el librito es que se elige a los medios por su credibilidad y penetración entre la ciudadanía y que muy mal se haría en buscar solo medios aplaudidores, porque no se logra una visión de la realidad por privilegiar la auto complacencia.
Desde este punto de vista, sirve más un medio que critica -si lo hace con argumentos válidos-, que otros que aplauden por contrato.
Ya se sabe, porque es elemental, que de lo que se trata es de ubicar con certeza las fortalezas del candidato y las debilidades del de enfrente para explotarlos a favor o en contra, construyendo imágenes poderosas entre el electorado, que, si no tienen la base personal de valores como honestidad, sensibilidad y capacidad, sirven de muy poco, porque la gente tiene juicios muy hechos de quien vale la pena y quien no.
Pero por encima de estrategias y tácticas, planes de medios de comunicación y encuestas a modo para presentarse como los ganadores, si no se logra una actitud de escucha real y responsable de lo que es la voz de la gente, que exige respuestas y verdades, y más en este momento en que la pandemia ha afectado la vida misma de las familias en su modo de subsistir y de tener algo que llevar a sus casas, de nada servirán los servicios de empresas consultoras, que tienen como profesión crear estrategias para que los contratantes tengan presencia fuerte y ganadora mediática.
Y no cobran barato, de hecho, son carísimas porque cobran en millones y al parecer una de ellas de un estado vecino ya trabaja en el proceso electoral de Hidalgo para alguno de los contendientes que tiene con qué pagar.
Es lo que se sabe y ya lo veremos cuando arranquen las campañas.
Con una verdad única, si no es la voz de la gente la que fija temas y compromisos, todo lo que se haga no sirve de nada.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.
