La sequía política en el PRI

“La paradoja de este escenario de sequía política del PRI en Hidalgo es que no ha existido un pronunciamiento serio de reestructuración del partido, lo cual debió haber sido prioridad cuando se presentó la alternancia política”.

La sequía política que vive en Hidalgo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perfila la próxima desbandada de su acotada base militante, pues la salida de Adriana Flores -que ya viste los colores de Movimiento Ciudadano- ha creado aún más incertidumbre en el tricolor.

Las candidaturas de Carolina Viggiano y Francisco Olvera no han apaciguado los ánimos de la militancia, al grado que las conferencias de prensa convocadas por la cúpula del partido han resultado estrepitosas y han profundizado la sequía política existente.

Una de esas conferencias la presidieron la secretaria general del PRI, Carolina Viggiano Austria y el exgobernador Francisco Olvera Ruiz, quien al ser cuestionado sobre las declaraciones de Carlos Arozqueta Solís, visiblemente molesto señaló que la prensa no debe prestarse a chismes ni dimes y diretes.

Cabe precisar que Arozqueta Solís fungió como director de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo en el sexenio pasado y en entrevista con medios de comunicación aludió a las declaraciones de Olvera Ruiz en torno a la falsedad, pues reveló actos de corrupción y falta de probidad pública perpetrados por su excolaborador, Pablo Pérez Martínez, señalando: “Son casos que conozco a la perfección, yo fui apoderado del gobierno que armó las carpetas de investigación contra estas personas. Pondría en tela de juicio al ahora aspirante a candidato (refiriéndose a Olvera Ruiz), pues existen declaraciones de sus propios funcionarios, las declaraciones ante notario y autoridades judiciales, donde él recibía dinero, o eso dicen ellos, en cajas de huevo con billetes”.

Este tipo de cuestionamientos ha ido en aumento y a ellos se adhieren las investigaciones de la Secretaría de la Contraloría por la omisión de pagos de seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez entre 2011 y 2014 de trabajadores del Instituto Hidalguense de Educación (IHE) al ISSSTE, que asciende a 5 mil millones de pesos en la administración de Olvera Ruiz, los cuales no dejan duda sobre los cambios que requiere el partido tricolor para retornar al protagonismo político en Hidalgo y en todo el país.

Por otro lado, de resultar ciertas las declaraciones de Carolina Viggiano en torno a que el gobierno de Morena está llevando a cabo una persecución política por lo acontecido con el exalcalde de Pachuca, Eleazar G.S., sería demoledor para la oposición, porque el poder de Estado se mantiene alerta sobre cualquier acto de peculado y malversación pública, que persigue sin tregua ni cuartel, y ante cualquier sospecha abre carpetas de investigación.

Sin embargo, no se puede evadir el análisis crítico de los rendimientos políticos decrecientes en Hidalgo para el PRI. No sólo es el hecho de que perdió su bastión político, sino cómo lo perdió.

La paradoja de este escenario de sequía política del PRI en Hidalgo es que no ha existido un pronunciamiento serio de reestructuración del partido, lo cual debió haber sido prioridad cuando se presentó la alternancia política.

En contraste, la cúpula priista se ha dado a la tarea, tanto a nivel nacional como estatal, de denostar la migración de sus militantes acusándolos de traicionar al partido, sin que haya cuestionamientos autocríticos de forma y fondo cuando políticos como Claudia Ruiz Massieu, Miguel Osorio y Omar Fayad lo abandonaron.

La autocrítica es el camino directo a la recomposición política, pero la cúpula del PRI parece no conocerla, por lo que la sequía política marcará el camino a su erosión social.


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