En batalla campal de aficionados del River Plate con la policía quedó el juego que se debía llevar a cabo el sábado pasado por la Copa Libertadores de América, cuya edición es inédita de equipos argentinos.
Lo que sería un épico encuentro acabó en tragedia porque el autobús de Boca Junior, que se dirigía al estadio monumental, fue agredido con proyectiles de todo tipo, como botellas y piedras, lo que ocasionó que el chofer casi perdiera el control.
La Confederación Sudamericana de Futbol (CONMEBOL), decidió suspender el partido y pasarlo para el día siguiente, pero ante las protestas y presiones de los directivos de Boca, el partido quedó suspendido hasta nuevo aviso, cosa que presagia irresponsabilidad de la CONMEBOL, porque lo lógico era que se decretara campeón a Boca Junior, pues la barra de River es responsable directa de lo ocurrido y el equipo debe asumir este problema que terminó en tragedia.
A diferencia de México, las barras de los equipos en Sudamérica se asumen como “apéndices” de los equipos, lo que genera responsabilidad directa, por lo que lo lógico debería ser que CONMEBOL de manera directa, le hubiera dado el título de la libertadores por sanción a Boca y con ello sentar el precedente de la seriedad del evento; pero, pero, pero, como la final está vendida a nivel internacional, lo que ocurrirá es que el partido se habrá de jugar.
Podrido el futbol argentino y sucio en muchos sentidos, evidencia también la descomposición social que se vive en el país, lo cual vulnera los comportamientos y conductas sociales, al grado que se presentan tragedias de este tipo, porque una sociedad con expectativas de seguridad de Estado y prohijadas por el respeto a los demás y a la ley, no se comporta de esta manera, eso es obvio.
Gane quien gane la final inédita de la Libertadores, lo ocurrido ya ha manchado cualquier cosa, lo “sorprendente” es que el dinero está por encima de la integridad social y del “deporte”, inclusive, del gobierno, y en este caso la administración de Argentina debió tomar cartas en el asunto y fincar responsabilidades a la misma federación de futbol, pero esto es una monserga, porque el futbol es de la patada.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
