¿Cómo llega la Unión Europea a su 60 aniversario?

Este sábado la Unión Europea celebró su 60 aniversario. El Tratado de Roma del Carbón y del Acero dio luz a este proyecto de integración regional en el cual los ingleses nunca creyeron y participaron en él para no quedarse al margen de Europa. Hoy el Brexit ha dejado claro que las islas británicas nunca formaron ni formarán parte de Europa; peor aún, que los sueños de independencia de sus miembros poco a poco se irán cristalizando en el futuro, para que Inglaterra se quede sola y desaparezca finalmente el Reino Unido.

La Unión Europea llega a su 60 aniversario bajo la incertidumbre del Brexit, golpeada por los efectos de una crisis económica internacional generada en Estados Unidos en 2008, la cual ha puesto al descubierto la fragilidad de las finanzas públicas de más de uno de sus Estados, dando origen a la crisis de la deuda soberana, donde Grecia se ha convertido, desde 2010, no sólo en el eslabón más débil de la Unión, sino del sistema capitalista mundial.

A las tensiones internas provocadas por la crisis de la deuda soberana, la crisis griega, el Brexit, el resurgimiento del populismo anti-europeo y la llegada de miles de refugiados procedentes de Siria e Iraq, víctimas de la guerra contra el Estado Islámico (ISIS), se han unido las tensiones externas producto de la anexión de Crimea por Rusia y la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, quien no cree en el libre comercio ni en la integración comercial.

En medio del renacimiento del proteccionismo comercial, defendido por Trump, Europa sigue siendo ejemplo de lo que pueden lograr los pueblos cuando se proponen un camino común de prosperidad y armonía. La Unión Europea puede estar orgullosa de sus logros y de su ejemplo, pues si bien el nacimiento del euro los dividió al interior y la duda soberana de algunos países parece nublar su futuro, esos nuevos problemas imprevistos también constituyen un reto para buscar soluciones colectivas e innovar en la construcción de esa federación de Estados que desean vivir en un espacio económico, comercial, político, monetario y social común.

Este 25 de marzo, bajo el principio de “Una Europa, varias velocidades”, se reunieron en Roma los jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete países miembros de la Unión Europea, con el objetivo de reafirmar su voluntad de seguir construyendo ese proyecto común y hacer frente a los desafíos internos y externos que enfrenta no sólo la Unión, sino el continente europeo, a pesar del escepticismo que ha sembrado el Brexit y el presidente Trump sobre el futuro de la integración regional.

No hay consenso sobre la Europa a varias velocidades. Países como Polonia y Grecia no comparten ese principio; el primero en manos de un gobierno ultraconservador, el de Beata Szydlo, el cual está furioso con esa idea; el otro, en manos de un gobierno de izquierda, el del griego Alex Tsipras, donde los ciudadanos votaron en un referéndum el rechazo a las medidas de ajuste de la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo, un país duramente castigado por la crisis, la corrupción y los desaciertos en su conducción. Sin embargo, esa idea de la Unión Europea a varias velocidades, en realidad encierra la urgencia de París y Berlín por sellar la unión entre las naciones y consolidar el bloque.

El mercado único, sin duda, fue la piedra angular de la Unión Europea; luego llegó la moneda única y el euro se convirtió en el horizonte natural para todos los miembros de la Unión, a excepción del Reino Unido, Dinamarca y Suecia, el cual comenzó a circular a principios de 2002 en nueve países.

Pero nadie pensó jamás que la Unión Europea podría extenderse hacia los países del Este y provocar la irritación de Rusia; por lo que la ampliación ha sido un factor decisivo en su crecimiento y debilidades; de seis países iniciales, hoy hay 28 que viven bajo el espacio común que ha creado la Unión Europea. Hoy Europa se ha convertido en una mezcla de razas y de culturas que provoca la irritación de los europeos conservadores, que ven en la inmigración una amenaza a sus valores y tradiciones, sobre todo bajo la afluencia reciente de miles de inmigrantes de Medio Oriente.

En su 60 aniversario, en la Unión Europea hay 420 millones de europeos, los cuales pueden circular y residir dentro de 26 de los países de la Unión que forma parte del espacio de Schengen. Ese ejemplo de la unión Europea es lo que sigue animando en América Latina su proceso de integración, a pesar de los desacuerdos recientes entre países, la libre circulación de mercancías, de capitales, de trabajadores, entre otros, sin duda, muestran lo que en el futuro será el planeta, a pesar de la vuelta al proteccionismo con Donald Trump en Estados Unidos.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.