Me derrotan las sociedades pusilánimes

Un hombre, mujer o sociedad que tiene miedo, invariablemente vivirá de rodillas ante el opresor y sus designios.

 

Increíble pero cierto: todos los días nos quejamos de la inseguridad, la pobreza, la desigualdad, de los políticos mirreyes, de la corrupción y la impunidad y de las innumerables mamarrachadas que nos destrozan la vida y que hemos encumbrado por nuestra cobardía y apatía, en una aparente zona de confort que no es tal.

 

Por ello, el presidente puede decir todas las pendejadas que quiera, crear el país de Alicia y sus maravillas, citar cifras suyas como si fueran de los demás, apelar a la mafia del poder y rodearse de mafias, sentenciar a los fifís y hacerlos sus cercanos, impugnar a la democracia de los partidos, pero defender desde ella su legitimidad, hacer de tripas corazón de un pueblo que lo único que pide es no ser engañado.

 

Pero la culpa, o la responsabilidad de nuestros males como sociedades pusilánimes, no la tienen los políticos, ellos son hacedores de ensueños que pueden ser controlados, sólo que para que esto se llevara a cabo, la misma sociedad tendría que ser parte activa del poder político en la construcción de la toma de decisiones y generar los mecanismos constitucionales para el caso. Pero qué puta realidad, no tomamos decisiones ni con nuestras viejas o hijos, ¿qué chingados vamos a incidir en el poder y en los políticos?

 

Como sociedad somos menos que un pedo en un huracán, estamos acostumbrados a agachar la cabeza, a morir en los discursos de los políticos, a tragarnos la mierda de sus migajas y, lo que es peor, a agradecerles por conducir el destino de la nación, destino siempre incierto y que la única vez que triunfa lo hace en los discursos, porque en la realidad, la nación se perdió hace décadas.

 

Hoy vemos feliz al expresidente Peña Nieto. con novia nueva y pagando cuentas de restaurantes en Europa de 13 mil dólares, lo que gano yo a la semana, sin que haya un alma que le muestre al cabrón y al mundo que la mayor parte de los mexicanos se caga de hambre y desolación. Hay que decirlo claro: Enrique Peña Nieto es un político que vive de la política, no para ella.

 

Entre políticos fifís el pueblo se caga de hambre y muere, pero no tiene la culpa el indio.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.