Nueva York, más allá de las torres gemelas

Con una solidaridad inigualable, Nueva York y sus habitantes se han levantado lo mismo de crisis que de atentados terroristas, mostrando que la unión hace la fuerza.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

La resiliencia se ha convertido en uno de los atributos más nombrados a nivel internacional cuando se habla de la reconstitución de una sociedad que ha entrado en crisis y se ha sobrepuesto con la robustez que retroalimenta la conciencia y permite levantar el rostro para enfrentar al futuro.

Nueva York, desde las grandes migraciones entre el siglo XIX y XX, ha encumbrado la grandeza y el éxito social como condición de la cultura del trabajo, donde las personas pueden hacer su vida y romper las quimeras del pesimismo para transitar a la generación de oportunidades que les permite edificar el porvenir; es desde este imaginario social que los migrantes europeos arribaron a suelo estadounidense creando un positivismo social inédito en la historia moderna.

En este trazo, la ciudad de Nueva York puede ser contada desde la inclusión multicultural que generó una dinámica integracionista desde los valores fundamentales del patriotismo norteamericano y su idea de nación, circunscrita en la libertad y la democracia; ideas que crearon un paradigma que avivó la esperanza de construir un mundo cuya apertura emulara el espíritu de Estados Unidos.

Entonces, con una fuerza apenas vista desde la revolución francesa, la ciudadanía volvió a ser el epicentro del imaginario colectivo; los norteamericanos gozaban de una protección jurídica sin precedentes y la ciudadanía adquiría el peso protagónico que invitaba a dar todo por la patria y en pro de la libertad.

Los grandes rascacielos, las concurridas avenidas y el bullicio multitudinario, así como la estatua de la libertad, se engarzaron con Wall Street, no sólo como centro neurálgico de la economía, sino también como la dimensión propia de una urbe de vanguardia en el mundo que direccionaba el poder económico, revistas de moda y celebridades de la política, el cine y el arte, coexistiendo en una ciudad cosmopolita que respiraba progreso en sus calles que no duermen.

Un momento decisivo para esa gran ciudad fue el atentado a las torres gemelas y los centros estratégicos de la economía y la política, pero con el tiempo esa herida nacional generó una reacción en cadena de solidaridad social inédita, donde ponerse de pie implicaba darle la mano al necesitado y al desamparado, ir más allá de la resiliencia para pasar a la robustez de un nuevo pensamiento de nación, que fuera capaz de recuperar, desde la libertad y la democracia, la fortaleza del establishment como signo inequívoco civilizatorio que ha hecho que Estados Unidos sea tan fuerte como el más humilde de sus ciudadanos.

Nueva York, desde entonces, se narra desde la memoria de los caídos, pero resurge de sus cenizas y los rascacielos derruidos con la fortaleza titánica de los ciudadanos que aprenden de la historia y son capaces de moldearla en el crisol del trabajo y la colaboración social mientras miran con orgullo su ciudad, porque han sido ellos los que la han construido y su historia es la historia de los caídos.

Nueva York no tiene los huesos quebradizos por la osteoporosis de las crisis y atentados que ha vivido; ni el jueves negro de 1929 ni el 11 de septiembre la han podido derribar, porque su memoria va más allá de la resiliencia social, es en sí misma la fertilidad ciudadana que se ha construido en la libertad y la democracia.

 

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.