La efervescencia política del año que recién inicia ha puesto nerviosos a muchos aspirantes, porque hay quienes ya aseguran ser los ungidos y hay quienes se ven con méritos para ser tomados en cuenta; incluso, hay quienes presumen encuestas para refrendar su posicionamiento y tener argumentos para exigir un espacio en la boleta electoral.
Pero también es cierto que hay funcionarios de la administración estatal que actúan de manera sobrada y soberbia, como si la política en Hidalgo hubiera empezado a partir de la llegada de Morena al poder…y no es así. A lo largo de la historia hemos visto políticos encumbrarse y luego desaparecer, hemos visto políticos que en su mejor momento eran intocables y ahora purgan una condena; así es que más les vale ubicarse en la realidad de que el poder sólo es un instante.
Dicho lo anterior, lo que se sabe respecto a las candidaturas federales es que con algunas se terminarán de pagar las deudas políticas de la campaña del hoy gobernador, Julio Menchaca, además de las cuotas nacionales de las entonces corcholatas que no resultaron ganadoras, como Marcelo Ebrard y Adán Augusto. Es decir, muchos perfiles elegidos para estos espacios son cuotas que se deben pagar por acuerdos que se hicieron en el 2022.
Por eso es que podremos ver a Cuauhtémoc Ochoa en la boleta al Senado, ya que a pesar de no contar con los afectos del gobernador, es una cuota que previamente se tenía considerada y hoy se está pagando. Es el mismo caso de Simey Olvera, quien a pesar de tener un bajo nivel de productividad y un sinnúmero de señalamientos sobre sus excesos y su conducta, también estará en la boleta electoral porque se encuentra respaldada por Ricardo Monreal, aunque sin méritos ni resultados.
Será entonces en las candidaturas al Congreso local donde se verá el equipo fuerte de Julio Menchaca, un grupo completamente leal y afín al mandatario estatal, integrado por quienes conforman la nueva clase política. El Congreso de Hidalgo será el caballo de Troya menchaquista que defienda los intereses del partido guinda, y ya incluso se habla de que se está orquestando la posibilidad de regresar a tres años la Junta de Gobierno para el partido que tenga mayor representatividad en el Poder Legislativo.
Este año es importante para las pretensiones del gobernador, este año es el de consolidar no sólo las acciones de su gobierno, sino su grupo político, y es que aunque Menchaca ha manifestado no tener interés en conformar una corriente ideológica, el simple hecho de que sea gobernador le obliga a dejar un legado no sólo en la administración pública, sino en el escenario político de los próximos años, sobre todo si se pretende que el partido guinda prevalezca por varias décadas en Hidalgo.
Este mes es crucial porque se sabrán nombres y porque, como en cada campaña, habrá sorpresas. Lo importante es que en las definiciones se analicen los perfiles que garanticen un buen trabajo para evitar una segunda Estafa Siniestra en el futuro.
Muchos de los adelantados seguramente no tendrán rival político, pero sí tendrán que enfrentar a la autoridad electoral por acciones anticipadas de campaña, como la colocación de espectaculares y la pinta de bardas. Lo cierto es que si la oposición supiera que es muy fácil tumbarles la candidatura, ya se habría puesto a trabajar.
