Partidos carecen de credibilidad; ahora se vota por las personas

Ahora que estamos en el tiempo de las decisiones fuertes para elegir candidatos a la gubernatura para la elección del 5 de junio del año que viene, hay un elemento clave que intencionalmente los partidos políticos parecen no tomar en cuenta por las consecuencias que puede traerles. Y es que la ciudadanía, de acuerdo con los estudios que han realizado organismos serios, percibe ya muy devaluados a los partidos políticos, incluso se revela un alto rechazo a éstos y cada vez hay mayor apoyo a los políticos como personas, pero no a los institutos.

 

Incluso hay candidatos que son rechazados por pertenecer a determinados institutos políticos, y aunque partidos nuevos se posicionan con buen apoyo popular, ya en el poder se inicia el desgaste, que es lógico porque una cosa es el discurso y otra muy distinta es la realidad.

 

Entre más tiempo de vida tiene un partido, el deterioro es mayor, tal como sucede en el cuerpo humano. En política es casi imposible que la propuesta que un partido tiene en documentos básicos se cumpla en su totalidad, y sucede por una razón elemental: los institutos están integrados por seres humanos que por determinadas circunstancias se inclinan por la ganancia fácil y la obtención del poder por los medios que sean.

 

En su última ENCUESTA DE CULTURA CÍVICA, aplicada a inicios de este año, el Inegi reveló que cerca del 80 por ciento de los ciudadanos no confía en los partidos políticos y todo lo que de ellos emane. Las razones son muchas, pero se resumen en la idea popular de que los políticos y sus partidos buscan el beneficio personal usando el supuesto compromiso de trabajar por la ciudadanía, y ya en los hechos trabajan para su provecho, de sus familias y amigos.

 

PIERDEN PESO LOS CANDIDATOS

En este escenario, los candidatos de partidos para puestos de elección popular pierden peso y significado de bienestar común y se convierten en cartas en busca del poder para beneficio de unos cuantos.

 

Quizá esto pudiera explicar las campañas basadas en entregar regalos en especie, porque no es la propuesta ni el compromiso lo que atrae, sino la ganancia inmediata, como puede ser dinero en efectivo, materiales de construcción y todas las formas de hacer llegar a los ciudadanos apoyos exprés.

 

¿CANDIDATO CIUDADANO PARA GOBERNADOR?

Desde esta perspectiva, parece necesario que la propuesta para candidatos a gobernador en nuestro estado privilegie el carácter ciudadano de los aspirantes, y más que nada su compromiso real con la gente, su cercanía traducida en obras y acciones, así como su capacidad para enfrentar problemas con creatividad y eficacia. Aquí serán los hechos los que hablen y no los discursos, o las fotos comiendo tacos, o las apariciones casi milagrosas en neverías o en la calle, y menos las clásicas imágenes abrazando viejitas o besando niños.

 

Desde luego, parece que como en el caso de los partidos, entre más tiempo tenga alguien en la política, debe tener más facturas por pagar, por obvias razones. Y entonces pueden cambiar las probabilidades de ISRAEL FÉLIX Y CAROLINA VIGGIANO, en el PRI, y de JULIO MENCHACA, ABRAHAM MENDOZA Y FRANCISCO XAVIER en Morena.

 

Será necesario valorar con certeza quién ha hecho más por la gente y quién ha hecho más para su beneficio y su grupo. Y ahí sí: cada cabeza es un mundo, pero pueden cambiar las reglas del juego, incluso la posibilidad del surgimiento de una candidatura sin uniforme de partido, pero con el cobijo de la gente. Ya veremos…

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.