Podría el Cereso incubar una ejemplar generación de políticos

En los últimos meses la inquietud ha invadido a los internos del pomposamente llamado Centro de Reinserción Social (Cereso) de Pachuca, y es que no se resignan a desaprovechar tanta experiencia y talento que tienen varios de sus compañeros.

Curiosidades de la política, la procuración de justicia y la seguridad, pues decenas de exfuncionarios públicos han ido llenando espacios de un Cereso que hace apenas unos años estaba destinado, casi exclusivamente, para homicidas, raterillos y uno que otro narcomenudista y huachicolero. Pero con la llamada 4T eso ha cambiado en Hidalgo y en todo el país.

Es un hecho, cuchichean los internos: la transformación está presente en el Cereso de Pachuca con la creciente llegada de políticos, tan es así que los reclusos valoran ya la posibilidad de regirse, como en la mejor de las democracias, por un autogobierno. Dicen que la población carcelaria de hoy da para eso holgadamente.

Hay tanta suficiencia de personajes de ese tipo que da para crear un gabinete ampliado, un congresito y hasta para alimentar la integración de un Poder Judicial. Tan sólo en esta nueva administración han sido sujetos de proceso judicial presidentes municipales, diputados, regidores, un oficial mayor y ansiosos esperan que la ficha roja girada hacia un excontralor sea cumplida. Sin embargo, esos internos aplauden que la ley no se aplique a la letra y que la justicia no sea pronta y expedita, al menos en el ámbito político, ya que, dicen, se correría el riesgo de una sobrepoblación carcelaria.

Asimismo, afirman que un autogobierno en el penal ayudaría mucho a forjar políticos verdaderamente comprometidos con sus semejantes y al no haber a quién robar o saquear, estarían en verdadera posibilidad de dar rienda suelta a eso que les sobra, de palabra, a todos: vocación de servicio. ¿Por qué desperdiciar ese talento y experiencia de políticos presos, si bien podría aprovecharse con un autogobierno?

Otra de las ventajas de este experimento sería que estaría exento de partidos políticos y personajes que saltaran de un lado a otro según sus vaivenes y conveniencias. También daría paz y tranquilidad a quienes, una vez que dejan el cargo en el gobierno o en la representación popular, son amagados por la autoridad en turno con ser recluidos en algún penal.

Esa generación de políticos honestos, comprometidos y transparentes podría estar a la vista. Es más, para evitar cualquier zozobra entre los internos, ya de por sí apesadumbrados, el sensible secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, advirtió a los alcaldes que él personalmente está muy al pendiente de cómo se ejercen los recursos federales que se canalizan a los municipios, ya que sabe detalladamente los montos que a cada uno le corresponden. En palabras llanas de pueblo sabio, es que más alcaldes podrían estar en capilla, lo que finalmente mantendría una plantilla de autogobierno altamente calificada en el Cereso.

En su mensaje al Poder Legislativo, el funcionario tranquilizó a los hidalguenses al asegurar que en Hidalgo sólo operan remedos de grandes cárteles. ¡Uf, qué tranquilidad!

Un detalle, un sólo detalle para contar con ese equipo ideal para los internos: un jefe de prensa -o traductor- que comunique los mensajes de manera congruente y sencilla. Eso, sin embargo, dejémoselo al tiempo y al gran maestro.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , ,