Raúl Arroyo, un ejemplo de claridad

MARTHA SÁENZ

Raúl Arroyo González acudió a comparecer al Poder Legislativo en su carácter de titular de la Procuraduría General de Justicia, y lo hizo de manera impecable al señalar puntualmente el diagnóstico actual de la institución, además que a tan sólo 120 días de tomar protesta ha visitado las agencias del ministerio público en los 17 distritos judiciales; en sus propias palabras: “No creo que sea oportunidad de ver al procurador, al contrario, es una obligación del procurador estar donde sea necesario”.

 

En la ronda de preguntas y repuestas con los legisladores de la entidad hizo hincapié en la necesidad de trabajar coordinadamente con los municipios; sobre los asuntos particulares que diputados le hicieron de conocimiento dijo que con el mayor de los intereses conocería de ellos; resaltó la necesidad de humanizar horarios y condiciones laborales, pero sin permitir que los funcionarios trabajen sólo cuando quieran.

También reconoció que no existe suficiente número de traductores de  lenguas indígenas, así como la necesidad de equipar con tecnología todas las agencias del ministerio público para evitar ventanas de corrupción; señaló  que está consciente de que existen deficiencias en los ministerios públicos, por lo que se comprometió a trabajar en torno al modelo de ética.

A los cuestionamientos de su trayectoria, lanzados por Ricardo Baptista González, respondió firme y sin titubeo alguno: “Desde luego que soy un hombre de sistema, lo acreditan los nombramientos, y déjeme aclarar que no pedí licencia cuando fui delegado (de la PGR), ya gozaba de licencia para hacerme cargo de la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, como mi presencia en ese cargo resultó incómoda pedí trabajo en otro lado. Quizá ese dato sea suficiente para darles seguridad, soy el titular de la Procuraduría, mis únicos límites y responsabilidades son los que fija la ley, al final de mi ejercicio espero tener el reconocimiento de usted en ese sentido”.

Así, puso en evidencia que la obligación de las y los secretarios de comparecer ante el Poder Legislativo no es una tortuosa tarea cuando se cuenta con trabajo, voluntad, oficio y formación. Ojalá muchos emulen el compromiso de un hombre de sistema con la estatura de Arroyo González, quien dio respuestas objetivas y soluciones puntuales.

 

LA PEOR PREGUNTA Y LA MEJOR RESPUESTA 

Crisóforo Rodríguez Villegas (PES):

“Procurador, como usted lo sabe, yo fui legislador en la LXI Legislatura y preocupado por la justicia en Hidalgo iniciamos el proyecto del Nuevo Sistema, incluso he participado al grado que en Metztitlán no había dónde construir el edificio y se construyó en un terreno de mi propiedad para poder ir contribuyendo en el Nuevo Sistema. Es tan triste y tan decepcionante que tenga uno que llegar ahí y no ser atendido, no se tienen que enterar que uno es funcionario para que te presten el servicio. Yo llegué a la Procuraduría por un asunto personal mío, y no fui atendido, he ido tres veces a su oficina de usted (sic),  tampoco he sido atendido. Veo con tristeza, ¿por qué?, porque nosotros en esta LXIV Legislatura queremos entregarle resultados al pueblo de Hidalgo, y queremos entregarlo junto con los funcionarios que nuestro amigo, el señor gobernador, ha puesto, porque nosotros, yo a título personal, le digo, tengo una amistad con el señor gobernador y voy a trabajar con los poderes para poder entregar esos resultados. La gente se queja mucho y se queja no es de ahorita, me dicen que lleva usted cuatro meses de procurador, mis respetos, no es nada fácil ser procurador de un Estado, lo entiendo, pero para eso estamos nosotros, para contribuir en ese quehacer y aportar lo que tengamos que aportar desde este Poder Legislativo a la Procuraduría para poder llevar a cabo los quehaceres en conjunto. La queja siempre ha sido de los ciudadanos, y ahorita me llama la atención lo que decía de que nueve no denuncian, ¿por qué? Siempre ha sido esa queja, que si no llevan 200 o 500 pesos el ministerio público ni tan siquiera les levanta el acta, y esa queja hay en varias agencias de los ministerios públicos, tampoco puedo decir que en todas, no puedo decir que en todas. Y hace unos días acudimos mi compañera Jajaira, mi compañera Lissete, y si me vine decepcionado de su dependencia, porque usted mismo nos dijo: “ya váyanse, porque ya les están hablando allá en el Congreso”. Sería mi participación, diputado presidente. Réplica: Nada más decirle, procurador, que desde esta Procuraduría vamos a aportar y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance y lo que usted nos solicite, procurador, quedo a sus órdenes, es cuanto señor presidente.

 

Raúl Arroyo González:

“Gracias, diputado Rodríguez. Evidentemente estoy en desventaja frente a usted, usted ha sido dos veces diputado y yo solamente he sido una vez procurador. Usted es amigo del gobernador y yo solamente soy su colaborador, y creo que no fue buena la broma que traté de hacer cuando ustedes me distinguieron con su visita. Pero de todo ello, debo decirle que hoy tengo una enseñanza y la enseñanza es: que debo ser más receptivo y debo escuchar todas las voces. Y  yo le agradezco mucho que usted hoy me diga lo que me ha dicho,  porque eso quiere decir que la institución que presido necesita de, a partir del procurador y para todos los servidores que ahí trabajamos, una mayor atención y un mayor cuidado con nuestro trabajo. Respuesta a réplica: sólo para agradecer, señor diputado, nuevamente, su comentario y hacer el compromiso público de que estoy a todas las aportaciones que usted nos pueda hacer, serán de mucha utilidad, muchas gracias.