Salud, el barco que se hundió en el sexenio olverista

Hace unas semanas se anunció públicamente la red de corrupción que se tejió bajo los techos de la SEPH con un desvío de más de 600 millones de pesos del programa Escuelas de Tiempo Completo durante el sexenio olverista, que dicho sea de paso, fueron años marcados por desfalcos y escándalos.
Conforme pasaron los días surgió el rumor de que también la Secretaría de Salud sería señalada por haberse encontrado inconsistencias importantes en el tema financiero, que pone en el blanco, una vez más, a viejos allegados al exgobernador José Francisco Olvera Ruiz.
Debemos comenzar diciendo que los años puestos en entredicho correspondieron mayoritariamente al actual diputado federal por Actopan, Pedro Luis Noble Monterrubio, quien encabezó la Secretaría de Salud gracias a su vieja relación universitaria con Francisco Olvera Ruiz.
Entre las anécdotas que se cuentan sobre Noble Monterrubio se ha escuchado que fue el cómplice del exgobernador para lograr sacar de la jugada a Ramón Ramírez Valtierra, quien figuraba como aspirante a la gubernatura hace ya algunos años.
También es conocido –en rumores- por haber financiado gran parte de la campaña de Olvera Ruiz, a quien lo une una estrecha amistad. Por cierto, en la misma época se cuenta que Jorge Márquez Alvarado aportó un importante capital a dicha campaña, lo que le valió colocar en la Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional Metropolitano a Alberto Meléndez Apodaca, quien como dirigente del PRI Hidalgo buscó en todo momento apoyar a los actuales diputados federales.
Noble Monterrubio ha sido protagonista de diversos rumores por su peculiar manejo financiero, contrastante con su falta de trabajo y carrera política. Aspirante perpetuo a lo que se le presente, busca acceder a cargos de elección popular, dicen, a través de ciertas prebendas.
Una vez que tomó el encargo de dirigir la Secretaría de Salud hidalguense, comenzaron a darse diversos actos sospechosos. Comencemos hablando de lo que se cuenta sobre la inflación de medicamentos adquiridos durante su labor, es decir, se expedían recibos por cantidades que bien hubiesen servido para abastecer diversos hospitales pero llegaban a sus destinos cantidades pequeñas e insuficientes.
Otro de los habituales ejercicios en Salud, rumor de todo tipo de reuniones, fue la contratación de gente conocida por Noble Monterrubio, que buscó asegurar votos para su candidatura a diputado federal a través del “regalo” de empleos a personas pertenecientes a la región que hoy representa y nunca trabajó.
Se escucha sobre la edificación de elefantes blancos, como nosocomios en diversas regiones, para lo cual contrataban empresas con las que acordaban cantidades determinadas y, finalmente, entregaban estructuras defectuosas con materiales bastante sencillos o simplemente quedaron inconclusas.
O las largas listas de aviadores que aparecían en nómina, según cuentan, donde destacaban nombres femeninos de cierto rango de edad, lo cual se podría prestar a diversas interpretaciones.
Los bajos recursos con que contaban diversas dependencias, dicen, contrastaban con los altos presupuestos, así como el favorecimiento en ascenso a aquellos que en algún momento entregaron su lealtad absoluta al grupo olverista, constituyendo así el deterioro y carencias del sistema de salud de una entidad completa.
Por otro lado surgieron hace un par de meses los contratos de compra de medicamento por parte de Pedro Luis Noble con la misma empresa que suministraba medicamento a su homólogo veracruzano bajo la administración de Javier Duarte. El medicamento adquirido con fechas de caducidad cercana para poder quedarse un par de millones de pesos en beneficio del extitular de Salud tampoco fueron decisiones poco usuales en ese sexenio, pero sí un tema bastante rumorado actualmente.
Cuando Noble Monterrubio vio cumplidas sus aspiraciones de ser diputado federal a través del favoritismo de Olvera Ruiz, fue Geraldina García Gordillo quien lo sustituyó en el encargo.
García Gordillo fue alcaldesa de Pachuca cuando Francisco Olvera salió de campaña por la gubernatura, sin generar trabajo alguno como presidenta municipal más allá de un gastado discurso de equidad de género que nunca hizo efectivo al interior de las oficinas en cualquiera de sus encargos.
Durante su estancia en Salud salieron a relucir diversos problemas por faltas de parte de algunos directores y titulares allegados a ella, y el sistema de corrupción que prevalecía en la secretaría no cambió en absoluto.
Noble Monterrubio y García Gordillo, según dicen, son conocidos por su afición a las bebidas etílicas que en más de una ocasión ha afectado el desempeño de sus actividades como funcionarios públicos y que, al parecer, también mermó su capacidad de rechazar la ejecución de actos de corrupción.
Uno de los mayores problemas de Hidalgo se encuentra en materia de salud, donde las condiciones son deplorables: falta de servicio adecuado, ausencia de medicamentos o camillas, personal incapacitado, etcétera; sin duda gran responsabilidad recae en Noble Monterrubio y García Gordillo, quienes de forma irresponsable permitieron o aprobaron los hechos.
Debemos recordar que, según la rumorología, uno de los mayores orgullos de la exsecretaria de Salud radicaba en encabezar la lista de invitados a las tertulias del exgobernador, lo que hace pensar en el poco tiempo que destinaba a sus funciones del gabinete, pues contaba con un acentuado favoritismo que algunos maliciosos atribuyeron a cuestiones más personales que profesionales.
La gravedad de la situación radica en que todo esto se cometió en el sexenio pasado, lo cual hace inevitable la mención constante de José Francisco Olvera Ruiz, quien por ende tiene un papel central y gran responsabilidad en los actos de corrupción cometidos por sus amigos.