—Sentir el mundo como un todo limitado es lo místico —me dice Wittgenstein.
¿Los animales tienen lenguaje? Yo hablaba con mi perro. ¿Puerquito? Mi mejor amigo. ¿Qué hablabas con él? Nada si con ‘hablar’ te refieres al acto estrictamente lingüístico. ¿Entonces? Sabía cuando estaba feliz, triste o enojado. ¿Cómo? Haciendo cosas juntos. ¿Por ejemplo? Jugar. ¿Y eso ya es lenguaje. Toda interacción implica lenguaje.
Zimmer llegó con buenas noticias al reformatorio. Una investigación detallada del destino de todos los niños que sobrevivieron a “La bomba del Ajusco”. Mi abuelo le había ordenado que me ayudara en todo lo que yo pidiera y aproveché el recurso para encontrarlos. Todos estaban en orfanatos de diversos estados. Quise enviarles algo pero el apoyo de mi abuelo no llegó a tanto.
—Tu abuelo dice que ya no hagas tonterías —me advirtió Zimmer— si quieres que te siga ayudando (para salir de aquí).
—¿Puedo pedirte un último favor al respecto?
¿Cómo sabías cuando tu perro estaba contento? Los ojos, la lengua y el movimiento de su cola, además de múltiples factores del contexto. ¿Por qué tenías la certeza de tu interpretación? Estamos familiarizados con los perros por miles de años de historia juntos, por ello los conocemos tan bien, pero también existen semejanzas que posibilitan la interacción y, por consiguiente, un lenguaje. Entre más se parece un animal a nosotros, mayores son las posibilidades de interacción, i.e., hacer algo juntos. ¿Podemos interactuar con un caballo? Por supuesto, pero sus características no permiten que hagamos tantas cosas como con un perro. ¿Podemos interactuar con las aves? Con algunas. ¿Con un reptil? Cosas muy básicas. ¿Con una mosca? Es decir, ¿podemos hacer algo juntos con ésta? Defendemos, por ejemplo, a los delfines porque se parecen a nosotros, nos parecen simpáticos porque creemos que vemos algo de nosotros en ellos. Son mamíferos, bonitos e inteligentes. Y eso creemos de nosotros. ¿Pero quién defiende a las cucarachas? Los defensores de los derechos de animales no defienden a todos los animales. ¿Sólo los que tienen derechos? Otorgados por los humanos. ¿Todos los mamíferos tienen derechos? Adopta una rata de alcantarilla y te comerá la cara mientras duermes.
Me puse a dibujar por las noches. Dibujas horrible. Pedí a Zimmer varios cuadernos de hoja blanca, diferentes tipos de lápices y me puse a pintar los recuerdos de la calle. Dibujo con pasión. Los rostros (su rostro), los momentos (nuestros momentos) y las sonrisas (su sonrisa). ¿Dibujas o no dibujas? No quise recordar los malos momentos aunque, inevitablemente, aparecieron como pre-texto. Dibujo palabras. También hice una lista de lo que comí. Las calles que recorrí. Las personas que conocí. Conceptos pintados. Bocetos de la luna, las estrellas y la densidad de la noche. Momentos grabados. Las nubes, el sol y el viento alterando los trazos.
¿Cómo sabemos lo que alguien siente? Por su comportamiento, factores externos. ¿Y si miente? Puede mentir un tiempo, pero no todo el tiempo. ¿Cómo saberlo? Cuando se imponen las expresiones naturales de dolor o placer, lo incontrolable en nosotros. ¿Cómo sabes lo que tú sientes? ¿Una sensación o un sentimiento? ¿Cuál es la diferencia? Lo primero no tiene sentido y lo segundo sólo cuando intentamos describirlo, i.e., si tiene sentido la oración “Sé que tengo una sensación (de dolor o placer)” también debe tenerlo su negación. Empero, ¿tiene sentido la oración “No sé que tengo una sensación (de dolor o placer)”? Y en el sentimiento la descripción no tiene sentido porque aquello que se quiere describir se encuentra más allá de los límites del lenguaje.
—Hay, ciertamente, lo inexpresable —me explica Wittgenstein—. Lo que se muestra a sí mismo.
—Lo místico…
—¿Y Samantha?
—Le escribí una carta.
—¿Cómo se la vas a enviar al orfanato?
—Fue el último favor que le pedí a Zimmer.
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Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".
