Ser y Devenir 70

Pienso en la historia de la humanidad y su relación con los sucesos de mi vida. ¿El proceso es racional o vivimos una existencia arbitraria? El caos de la pura conciencia sensible o el orden más allá de la autoconciencia. Si somos parte de un plan lógico, ¿en qué consiste su destino racional?

—La libertad —me dice Hegel con una sonrisa.

Sin embargo, su visión holística choca por completo con mi situación de sobrevivencia, las condiciones materiales de mi espíritu recluido penalmente, sometido penitenciaria-mente y excluido socialmente, me impiden tener su misma perspectiva filosófica y, existencialmente, no puedo ver lo que él quiere ver.

—¿Con quién hablas? —me pregunta mi vecino de celda.

—¿Por qué estás aquí? —nunca le había preguntado.

—Ya te dije que por rebelde.

—No en la celda de castigo, me refiero a tu sentencia.

—Parricidio —confiesa gravemente.

Me hizo recordar, inevitablemente, a mi padre. Cuando se me echó encima para matarme, apretándome el cuello con todas sus fuerzas.

 

Estuve a punto de morir

cuando

oportunamente

intervino el devenir

 

Sus manos dejaron de apretarme, sus ojos se pusieron en blanco y cayó de golpe a mi lado. De pie apareció mi hermano, imponente y mirándome fijamente. ¿Estás bien?, me preguntó. Yo asentí, volteé y mi padre tenía un picahielo clavado en la nuca.

—Toda verdad contiene su negación —me advierte Hegel.

—Entonces es verdad la oración “No es verdad que ‘toda verdad contiene su negación’ ”.

—Continúa negando.

—El proceso es dialéctico —le comprendo.

—Ahora piensa nuevamente en la historia de la humanidad.

—Es la historia del espíritu.

—El universo de las contradicciones.

En mi cabeza se mezclaban conceptos, relaciones lógicas e imágenes históricas cuando mi vecino de celda comenzó a llorar.

—¿Cómo lo mataste? —le interrumpo.

—No querrás saberlo.

—¿Por qué dices eso?

—No necesitas saberlo todo ¿sabes?

—No es que quiera saberlo todo, sólo quiero saber cómo mataste a tu padre.

—¿Cómo sabes que fue mi padre y no algún otro familiar?

—Dijiste ‘parricidio’ ¿no?

—Del latín, parricidium: “Muerte dada a un pariente próximo, especialmente al padre o la madre”. Eso dice la Real Academia Española.

—¿No fue tu padre al que mataste?

—¡Sí!

—¿Entonces para qué haces tanto desmadre?

—“¡Quiero, de una vez por todas, no saber muchas cosas!”

—¡De qué hablas!

—Estoy citando a Nietzsche: “La sabiduría también traza límites al conocimiento”.

—¿Lo conoces? —pregunto sorprendido.

—Tú me lo platicaste ¿no recuerdas?

—No.

—Pues maté a mi padre clavándole un picahielo en la nuca.

En ese momento todo se iluminó de golpe, dos policías abrieron la puerta y quedé temporalmente ciego por la violenta luz que invadió toda la celda.

 

Continúa 71

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".