Tragedia en Tlahuelilpan, festín de buitres políticos

Lo sucedido en Tlahuelilpan el viernes pasado, que hasta el momento ha dejado 93 muertos y más de 50 heridos, ha despertado diversas reacciones: una solidaridad que emociona; condenas que tienen su razón de ser; acciones de rapiña; grilla de algunos individuos y grupos que buscan politizar el hecho para llevar agua a su molino y hacer daño a sus rivales -según ellos-, culpando de lo sucedido a la administración estatal con señalamientos de escribidores al servicio de la Garza, quienes se fueron de frente en obediencia ciega al que les paga.

Mientras las familias de San Primitivo lloraban a sus muertos, las actitudes ante el drama daban paso a ópticas variadas que mostraban desde interés válido, hasta posicionamiento que aprovecharon para tundir a AMLO, o para defenderlo con un fanatismo que refleja lo polarizado que sigue el ambiente.

EN HIDALGO

Para nadie es un secreto que en nuestra entidad el Grupo Universidad trae fijación en contra del gobernador Omar Fayad, y la tragedia, con muertos y gran impacto nacional, era inmejorable ocasión para lanzarse contra él, y así lo hizo con mensajeros que también están bien identificados. Ese mismo viernes, cuando todavía ni se acababan de rescatar los cadáveres de los calcinados, los emplumados ya culpaban al gobierno de Hidalgo por no haber evitado el accidente, incluso acusándolo de boicotear la lucha contra los huachicoleros como venganza contra el presidente por no haber apoyado un proyecto local con alcance nacional y fuera de las fronteras.

Seguramente alguien del nido garza les hizo ver que este tipo de daños a la nación están tipificados como delito federal, y no del fuero común, por el daño que se le hace al país, sobre todo en lo que se refiere a su atención, que por obvias razones encabeza la Federación con el apoyo responsable del estado, y por eso se frenaron en seco, o los frenaron en seco.

Pero la intención de sacar raja política del caso quedó en evidencia.

SE LES VIO LA COLA

En todo caso, a quien debieron pedir cuentas es al gobierno federal de López Obrador por no haber hecho lo que le correspondía a través del Ejército, con el argumento de que se podía caer en represión, lo que permitió el saqueo del combustible con los resultados fatales que ya conocemos.

Lo que se cuestiona es no tener una estrategia para que las fuerzas armadas puedan frenar a multitudes en acciones ilegales, pues al parecer en este caso se podía lastimar la imagen del Ejército justo cuando se busca por todos los medios la instauración de la Guardia Nacional.

Por otro lado, en Hidalgo sobran los líderes sociales abusivos y seguros de que la fuerza pública no intervendrá mientras ellos violentan el estado de Derecho, y para muestra tenemos a los Chárrez en el Valle del Mezquital, que están seguros que no serán puestos en su lugar porque de inmediato hablarán de represión. El jueguito les ha dejado varios cargos públicos y una chequera gorda.  En ese mismo sentido se manejan la UNTA, los antorchistas y otras organizaciones, que se pintan solas para escudarse en la represión para obtener, sobre todo, dinero. Ya se sabe que cuando interviene la autoridad, reaccionan alegando represión, como lo hicieron los diputados electos de Morena cuando fueron desalojados por la fuerza pública y acusaron a Fayad de represor, con marcha y todo, cuando, por lo que se sabe, ellos eran los abusivos.

Está claro que para usar la fuerza pública hace falta talento, se precisan bases legales y estrategias que no expongan a nadie, pero en ocasiones hará falta usarla para salvaguardar el estado de Derecho, lo cual deberá hacerse con un protocolo que no atente contra los derechos humanos.

Quienes también tiraron sus redes para ver qué podían pescar fueron partidos políticos como el PAN y lo que queda del PRD, y ni se diga la bancada de la diputación morena, que quisieron ser protagonistas con tan poca visión que quien tuvo todo el reconocimiento por parte de AMLO fue el gobernador Omar Fayad; los pescadores de basura, los buitres que querían sacar ganancia de los muertos, guardaron las uñas para otra ocasión. Les falló la jugada… fueron por lana y salieron trasquilados.

Avatar photo

Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.






Avatar photo

SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.