Trump y el Ku Klux Klan

Supremacía blanca es lo que se escucha en las calles en Estados Unidos después de los disturbios en Charlottville, Virginia.

El retiro de la estatua del General Confederado Robert E. Lee, no sólo ha causado el encono y rabia de los sectores ultraconservadores de la derecha norteamericana; es, en el fondo, el inicio de una escalada de violencia donde los blancos tienen la mesa puesta ante la complacencia de Donald Trump, que demuestra que a la Casa Blanca se le llama así por una razón concreta.

Todos sabemos que el Ku Klux Klan es una organización de corte fascista que no ha desaparecido y que su ideología esclavista de supremacía blanca sigue en pie de lucha y se fortalece cuando gobiernos de ultraderecha, como el de Trump, le dan manga ancha.

La serie de crímenes de odio e incluso la serie de muertes de personas negras abatidas por la policía, no son suficientes para que el Estado y la sociedad norteamericana se hayan unido para detener esta barbarie y, lo que es peor, ya han aparecido las antorchas encendidas del Klan en diferentes estados de la unión americana, presagiando que su fuerza se dejará sentir.

Aunado a esta realidad se encuentra un grupo cercano al Klan con objetivos similares e instrumentos de agresión social: los neonazis, quienes se ramifican en todo el territorio norteamericano, menos focalizados en los estados sureños como el Klan, pero con fuerza inédita y con renovados bríos de jóvenes que simpatizan con el racismo, la supremacía blanca y el aislacionismo y extinción de las minorías.

David Duke, simpatizante nazi y fundador de una de las ramas del Klan, hoy encabeza una vanguardia social dispuesta a defender los “valores anglosajones” hasta sus últimas consecuencias, condición que ya cobró vidas y que no debería ser pasada por alto en el país de los hombres libres.

El extremismo racista habrá de cobrar nuevas vidas y no les extrañe que en Halloween, Donald Trump se vista con el atuendo del Klan, cosa nada rara en un tipo de ultraderecha que se empoderó ante la miopía de aquellos que creen que el nacionalismo debe sobresalir a costa de cualquier cosa.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.