Trump, la eterna amenaza

Trump pretende llevar al comercio internacional a la era de las cavernas. Los aranceles recientes impuestos a las importaciones de acero en Estados Unidos no revelan otra cosa más que el presidente está dispuesto a concretar sus promesas de campaña, pésele a quien le pese. Ahora los socios comerciales del vecino país del norte tendrán que renegociar acuerdos comerciales lo que favorezcan,  si quieren seguir vendiendo en sus mercados.

No creo que se trate sólo de un juego diplomático y económico de Trump en el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La semana pasada propuso a Canadá y México, en la séptima ronda de negociaciones,  el aumento de aranceles a las importaciones de acero y aluminio; para ello, el presidente desenfundó su iPhone y en un tuit sugirió que Ottawa y la Ciudad de México podrían evitar los nuevos impuestos de Washington, pero para ello deberían aceptan renegociar el TLCAN en condiciones favorables para Estados Unidos.

El inquilino de la Casa Blanca ha advertido a sus socios: “Tenemos importantes déficits comerciales con México y Canadá. El TLCAN, que actualmente se renegocia, fue un mal negocio para los Estados Unidos. Los derechos sobre acero y aluminio se eliminarán sólo si se firma un nuevo TLCAN justo para Estados Unidos”.

Luego prosiguió con la exposición de sus líneas de renegociación del TLCAN, señalando que Canadá debe tratar de mejor sus propuestas a los agricultores estadounidenses; mientras que México debe hacer más para prevenir la entrada de drogas a Estados Unidos, pues según él nuestro gobierno no ha hecho lo que debería, por lo que hoy millones de personas “son adictas y están muriendo en Estados Unidos”.

Hay que tomar en serio las ideas del Trump. Si fuera un loco o no tuviera la agallas para hacerlo, no se estaría renegociando ahora el TLCAN. El presidente planea introducir aranceles del 25% a las importaciones de acero y de un 10% inferior a las de aluminio, lo que ha provocado una protesta mundial, en especial de China y la Unión Europea, quienes han advertido del inicio de una verdadera guerra comercial.

La guerra comercial del acero y el nuevo proteccionismo de Trump amenazan la recuperación de la economía mundial. Algo que podría pasar es que los socios comerciales de Estados Unidos realicen devaluaciones competitivas a fin de abaratar los precios del acero frente a sus competidores, por lo que el mundo podría transitar del anuncio de la guerra del acero, de los impuestos sobre éste, a una guerra de divisas.

Aunque en el fondo el dólar podría ser el más afectado, a Trump no parece importarle. Desde sus declaraciones, el dólar perdió de inmediato un 0.6% de su valor. Los países más afectados por estas medidas unilaterales de los Estados Unidos son Canadá, Taiwán y México.

El proteccionismo del presidente de EU no sólo puede desencadenar una guerra comercial, sino una guerra de divisas y poner fin a su propia recuperación económica. Este proteccionismo provocará volatilidad del tipo de cambio en los mercados y la intervención de los bancos centrales para estabilizar sus monedas. Según George Saravelos, de Deutsche Bank, la política de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio en Estados Unidos, equivalen a un respaldo indirecto de una política de dólar débil,  lo cual aumentará la inflación de Estados Unidos,  frenando el crecimiento, según Saravelos.

Los exportadores de acero a Estados Unidos son Corea del Sur, Japón, Alemania y China, que están en la lista de vigilancia del Tesoro, acusados de manipular sus monedas para promover sus exportaciones. Otros países exportadores de acero,  como India o Taiwán,  están en la mira de las autoridades estadounidenses y ya están amenazados con terminar en esta lista negra; aunque en el fondo el mundo ha estado librando una guerra de divisas de baja intensidad desde 2016, sólo que ahora se ha añadido el explosivo Trump para revolucionar la economía y los mercado.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.