El agua y el aceite no se mezclan, y cuando se intenta, resulta un líquido amorfo que asemeja a constelaciones antípodas del universo.
La alianza entre el PAN y el PRI nació muerta, proviene de la desesperación partidista y de élites políticas y económicas que intentan frenar el ascenso de Morena, y en especial de lo que implica la presencia política de Andrés Manuel López Obrador; pero la estrategia no cuajó y estos partidos opuestos se han erosionado tanto que es imposible pensar que su alianza tendrá algún dividendo lectoral viable en 2024.
La candidata blanquiazul, Xóchitl Gálvez, no puede ver ni en pintura al PRI y mucho menos a su líder, Alejandro Moreno, en diversas ocasiones ha mostrado su rechazo hacia ambos; esto tiene incómodos a los trasnochados que aún dirigen al tricolor y a los iracundos conservadores del panismo que jamás quisieron la alianza con las huestes del PRI, pero que una vez subidos en la tragedia política de 2024 no les ha quedado otra que imaginar que “habrá tiro”.
Lo desolador de las actitudes de Gálvez contra la dirigencia del PRI es que esta alianza política está destinada al fracaso y ya lo hizo en la elección a la gubernatura del Estado de México, lo cual ha precipitado claramente la radiografía política del fiasco de la derecha en México.
Esta alianza que “Va por México” en realidad sí lo hace: va por México causando el rechazo de la ciudadanía, que en su mayoría no cree ni legitima una retórica política que se volvió odiosa y que ahora causa un repudio social que se incrementa en la medida en que Gálvez intenta hacer pasar al gobierno de López Obrador como un fracaso, volviendo a la alianza PRI-PAN-PRD una pantomima que no conforme con las parodias funestas que esgrime sobre la realidad social de México, logra sacar provecho de su retórica.
La elección presidencial de 2024 está a la vuelta de la esquina y no existe escenario en el que podamos ver a Xóchitl Gálvez ponerse la banda presidencial, y sus desencuentros con los partidos de su alianza política asemejan a la desolación con la que un mendigo pide limosna.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
