Este miércoles, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), un organismo creado en 1983 por 38 bancos de los principales países industrializados para analizar los problemas de la deuda, ha informado que la deuda global representa el 324% del PBI del planeta, unos 226 billones de dólares, más de tres veces la producción mundial. El instituto ha lanzado su voz de alarma y ha advertido a los países emergentes, como México, de los riesgos que corren por tener deudas en dólares o euros.
El informe el IIF se presenta ahora que la mayoría de los países se prepara para poner fin a sus políticas de reactivación económica y aumentar los tipos de interés, algo que México ya sufrió en 1982, cuando repentinamente aumentaron las tasas de interés y cayeron los precios de las materias primas, hundiendo las fianzas públicas y declarando la moratoria a su deuda entonces.
Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) como el Banco Central Europeo (BCE), han iniciado el endurecimiento de sus políticas monetarias y los países emergentes que habían acumulado abundantes reservas en estos años, ahora parecen estar en el ojo del huracán y relevar en la crisis de la deuda soberana a los países desarrollados.
El IIF ha dicho que la deuda global representa el 324% de la producción económica anual, lo cual es preocupante, pues a finales de 2018 deberán ser pagados o refinanciados 1.7 billones de dólares, deudas que podrían multiplicarse si las tasas de interés suben repentinamente, después que desde 2008, al estallar la crisis económica mundial, se facilitó el acceso al crédito al reducir las tasas de interés casi a cero puntos.
El FMI había advertido ya de los riesgos del endeudamiento en los países emergentes, pues el dinero barato ha empujado a los mercados bursátiles a máximos históricos, pero también a vivir un espejismo de bonanza que no está respaldado por el crecimiento de las economías nacionales.
El aumento del crédito, promovido por los bancos centrales para estimular el crecimiento, al final ha sido incapaz de detonar el crecimiento de las economías pero, en cambio, ha provocado el endeudamiento de empresas y gobiernos, más que los hogares, los cuales han tenido que seguir pagando tasas de interés hasta mayores al 50%.
El IIF señala que, si bien el ritmo del crecimiento de la deuda global ha disminuido ligeramente, la tendencia se ha acelerado en la dirección opuesta en algunos países como China. Sólo en 2016, las deudas de las empresas más grandes de Asia subieron 660 mil millones, un crecimiento mayor que el observada en Estados Unidos antes de la crisis financiera de 2008 y Japón, antes la crisis bancaria de 1991, precisa el Instituto.
El Informe del IIF explica que las empresas tienen dificultades que van en aumento para pagar sus deudas, los índices de cobertura de intereses medidos (ICR) sugieren que la proporción de prestatarios privados supera significativamente su nivel de 2010; por lo que las empresas representan hoy más del 20% de la deuda corporativa en países como Brasil, India y Turquía, y casi el 16% en China; en cambio, en los países en desarrollo.
La deuda externa de México en 2016 llegó a 180 mil 986 millones de dólares, mientras que en agosto superaba los 191 mil 848 millones de dólares. Aun cuando se ha dicho que la deuda como porcentaje del PIB ha pasado del 50.2% a 48%, podría aumentar considerablemente en 2018, no sólo por el incremento de las tasas de interés, sino por la absurda idea de seguir aumentando el endeudamiento a largo plazo, hipotecando el futuro del país.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
