América Latina, a merced de China y la Unión Europea

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado a América Latina y el Caribe abandonados a su suerte en manos de China y la Unión Europea. En la lucha contra el proteccionismo comercial de Estados Unidos, China y la Unión Europea tienen en México, Argentina y Brasil a tres socios privilegiados con un gran potencial económico, ahora que estos países prefieren la apertura comercial que seguir los pasos del país que controló sus destinos durante siglos.

No sólo el Banco Interamericano del Desarrollo sabe que la integración regional es la única vía para el desarrollo de América Latina y el Caribe, también el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) coincide con ellos cuando su presidente, Luis Carranza Ugarte, señala que “el proceso de integración es fundamental para el crecimiento de nuestros países”, y no se equivoca, pero el tema se centra en responder la pregunta: ¿con quién integrarse?

Después de dos años de lento crecimiento -que no pasaba desde la década de 1980, conocida como la década perdida-, las economías de América Latina parecen iniciar un proceso de crecimiento mucho más dinámico. Las previsiones para 2017 pronostican un crecimiento del 1.2% y del 2.1% en 2018.

La absolución del presidente de Brasil, Michel Temer, le inyectó oxígeno a la inestabilidad que vive ese país y pese a los conflictos sociales en Argentina, todo parece indicar que esas dos economías volverán a crecer.

Sin embargo, no debemos olvidar que algunos países como México, Venezuela, Colombia, Chile, Bolivia y Ecuador han sido golpeados por la caída de los precios de las materias primas en el mundo. Pero los precios de muchas materias primas como el petróleo, el cobre o el litio podrían comenzar a recuperarse.

Y en esa disyuntiva de búsqueda de modelos de integración, en un momento en que el modelo europeo parece ser cuestionado y Estados Unidos dice no a ese proceso que había iniciado con la creación de zonas de libre comercio, la Alianza del Pacífico, donde participan Chile, Colombia, Perú y México, parece convertirse en un buen ejemplo para comenzar una integración regional más amplia.

Para ello, México, Argentina, Brasil y Chile necesitan esforzarse más para lograr la interconexión, para construir la infraestructura necesaria para la integración regional. El MERCOSUR, la Alianza del Pacífico y aún el Proyecto de Integración y Desarrollo que impulsa México en Centroamérica y que en este sexenio ha venido a menos al querer transformarlo en un mecanismo de cooperación, requieren ser revisados para concentrar los esfuerzos de todos los países en aras de un solo objetivo: la integración y el crecimiento de América Latina y el Caribe.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.