Aún hay esperanza

Las elecciones intermedias en Estados Unidos han sido el preámbulo para que Donald Trump se tambalee en el poder y se impida la prolongación de su mandato hacia la reelección, porque en este revés electoral donde los demócratas ya son mayoría en la Cámara de Diputados, el futuro se vuelve incierto para el neoyorkino. Sin embargo, no todo está perdido para el magnate, y pese a este rechazo social, aún tiene agarrado por el estómago al gringo promedio.

El norteamericano promedio percibe que Trump ha puesto el nombre de Estados Unidos en el liderazgo mundial, no importando que para ello primen las amenazas, el despotismo y autoritarismo de Estado, cuestión que mantiene una política de beligerancia abierta a casi cualquier país u organismo que no se baje los pantalones ante las patanerías del presidente. Mientras tanto, el Partido Demócrata aumenta su presencia, aunque aún no es definitiva, pero resulta significativo que han vuelto a ser un contrapeso real en el poder.

En este sentido, vale la pena preguntar: ¿en qué se funda la aceptación y popularidad de Trump? Es evidente que un país que en toda su historia ha cacareado su liderazgo internacional, es vital que le doren la píldora y le hagan sentir triunfador por medio de cualquier cosa, incluido el patán de Trump, que amenaza con la fuerza de la beligerancia a cualquiera y a cualquier tipo de relación de Estados Unidos con los demás. Esta es la nueva política del garrote: al que se mueva me lo cojo o le pego.

De igual manera, se encuentra el hecho de que tanto el racismo, la discriminación y la xenofobia son conductas aceptadas ampliamente por los norteamericanos, así que hacer gala de cualquiera de estas estupideces vuelve popular al poder, en una psicología del opresor que siempre aplasta al oprimido.

Un aspecto invariable del éxito de Trump es, sin duda, que las presiones a las empresas nacionales y extranjeras para generar empleos y contratar a norteamericanos surtió efecto a través de amenazas como gravar productos o imponer sanciones económicas, cuestión que se reforzó con la guerra comercial en contra de China situada a través de los aranceles.

Un factor muy explotado por Trump es la ignorancia que guía al norteamericano común, y en especial la ignorancia en las redes sociales, que utiliza como fuerza de choque sin que lo perciban, muestra de que la ceguera colectiva es la madre de los pendejos.

Nos lleva la mierda con Trump, pero todavía hay esperanza.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.