El Banco Mundial (BM) lanza la voz de alarma por la calidad de la educación en el mundo. En el Informe sobre el desarrollo mundial 2018: “Aprender para hacer realidad la promesa de la educación” publicado este martes, se advierte sobre una crisis de aprendizaje, la cual está relacionada con la propia proyección social de la función de la escuela en la sociedad, la incompetencia de los maestros y las influencias políticas en la educación, entre otros factores.
En México, y en muchos países, no basta haber tenido acceso a la educación para tener éxito en la vida. El Informe señala que “cuando se imparte satisfactoriamente, la educación ofrece perspectivas de empleo, mejores ingresos y una existencia sana y libre para los niños. […] ; pero sin aprender, la escolaridad es una oportunidad perdida. Peor aún, es una gran injusticia, pues los niños más desfavorecidos de la sociedad son los que más necesitan una buena educación para tener éxito en la vida.
El organismo multilateral ha encontrado un nivel muy bajo de aprendizaje, pero no sólo en los países más pobres del planeta, sino incluso en los desarrollados. El Informe señala que los conocimientos que nos gustaría ver adquiridos en la escuela no se materializan, pero además, muchos niños llegan a la escuela sin estar preparados para aprender, lo cual termina afectando el proceso de educación.
La desnutrición, las enfermedades, la baja inversión de los padres en sus hijos y las duras condiciones de vida, son obstáculos que impiden un buen aprendizaje en los niños, por lo que el Banco observa una falta de motivación de los maestros para enfrentar esos problemas en los educandos, más que una falta de habilidades de éstos.
Para integrar el informe, el BM ha recurrido a diferentes disciplinas, como la economía y la neurociencia, para analizar el problema de la educación; diversos especialistas proponen mejoras para cada país, de acuerdo a sus particularidades.
El BM trabajó con funcionarios gubernamentales, investigadores y representantes de la sociedad civil en Bolivia, Brasil, Canadá, China, Costa de Marfil, Finlandia, Francia, Alemania, India, Indonesia, Japón, Kenya, Malasia, México, Senegal, Sudáfrica, Tanzania, Tailandia, Turquía, el Reino Unido y Estados Unidos, con participantes procedentes de muchos más países.
Algunos ejemplos muestran cómo en algunos países, como Camerún, apenas el 5% de las niñas pertenecientes a los hogares del quintil más pobre de ese país tienen el conocimiento para continuar su educación, contra el 76% en el quintil de los más ricos. Pero otro de los problemas está relacionado con los materiales didácticos que no siempre llegan al aula de clases; en Sierra Leona, cuando se distribuyeron libros de texto, las inspecciones revelaron que la mayoría de ellos estaban bajo llave en armarios y sin usar.
El BM precisa que si la educación sólo funciona como un dispositivo de selección, las personas con los mismos años de escolaridad deben tener resultados similares, independientemente de las habilidades que han adquirido, lo que no es el caso. En México, los graduados de secundaria con calificaciones más altas tienen menos probabilidades de estar desempleados tres años después de salir de la escuela (entre aquellos que no fueron a la universidad) que sus pares con menor puntuación.
Sin embargo, hoy esto es cuestionable, pues existen mexicanos con estudios en el extranjero y posgrados con más de cuatro años que no tienen trabajo, mientras que extranjeros con menos experiencia y formación académica ocupan puestos directivos en el sector público y empresas. Esto pone en evidencia los problemas estructurales de la economía y los sistemas de captación e incorporación de cuadros calificados al trabajo activo en el sector privado o público de nuestro país.
El Banco señala que los beneficios de la educación son especialmente evidentes en entornos cambiantes, los individuos con habilidades más fuertes pueden aprovechar mejor las nuevas tecnologías y adaptarse al trabajo cambiante. De hecho, los expertos en cambio tecnológico han sostenido desde hace mucho tiempo que cuanto más volátil es el estado de la tecnología, más productiva es la educación, lo cual pone a luz el desperdicio de recursos humanos por el gobierno en nuestro país, pues miles de profesionales están marginados del trabajo formal.
El BM señala que los avances tecnológicos están poniendo un alto nivel en la educación y las habilidades, mientras que las nuevas habilidades facilitan la adopción de tecnologías y promueven la innovación, con habilidades generales que permiten a los individuos adaptarse a los cambios, pues en el caso de México el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) aumentó la productividad laboral en los estados más ricos del norte del país.
Pero además, el Banco lamenta en su Informe la inadecuada gestión y la deficiente gobernanza de las escuelas, lo cual afecta el proceso de enseñanza- aprendizaje en los estudiantes. En México y el estado de Hidalgo esto es preocupante, pues los gobiernos no ponen al frente de las escuelas y universidades a los profesionales con mayor experiencia docente y formación académica, sino a amigos o peones ejecutores de sus decisiones, los cuales terminan por destruir los avances logrados y prostituir la enseñanza, incorporando como profesores a quienes no tienen ni la formación ni la vocación para ello, alejando el trabajo de las universidades de su entorno.
Gobernar las universidades en el estado de Hidalgo hoy está íntimamente relacionado con lo que le preocupa al Banco Mundial: los políticos, pues en su afán de mantenerse en el poder, promueven e impulsan grupos específicos de regiones geográficas, étnicas o económicas, profundizando la crisis en la educación.
De acuerdo al BM, “sin aprender, la educación no puede cumplir su promesa de erradicar la pobreza y promover la igualdad de oportunidades y la prosperidad compartida para todos”, pues incluso después de pasar varios años en la escuela, millones de niños no pueden leer, escribir o realizar cálculos matemáticos básicos.
Eso me hace recordar cómo funcionarios públicos del gobierno del estado que cursaron estudios de licenciatura o posgrado en la UAEH o en el ITLA, carecían de bases para realizar esos cálculos y estaban imposibilitados de entender los fundamentos de la microeconomía, de la macroeconomía o de las finanzas, lo cual seguramente ha repercutido en su desempeño profesional, aunque no en sus ingresos, gracias a las relaciones políticas de las que habla el Informe.
Para concluir, el BM señala que la crisis de aprendizaje actual amplía las disparidades sociales en lugar de reducirlas, pues los jóvenes estudiantes que ya están en desventaja por su nivel de pobreza, por los conflictos que enfrentan, por su condición de género o las discapacidades, entran en la vida adulta sin haber adquirido ni siquiera las habilidades básicas para trabajar.
No olvidemos que en este sexenio se realizó una “reforma educativa”, orientada fundamentalmente a organizar el gremio docente, pero no a revisar los planes y programas de estudio, la currícula de las carreras, los perfiles de los egresados que requiere hoy la economía y la sociedad; por lo cual, el nuevo modelo educativo basado en capacidades, si no considera la demanda de los diferentes sectores de la economía, el nivel del desarrollo industrial de nuestro país y las exigencias de la nueva revolución industrial, seguirá hundido en la crisis, formando profesionales que estarán marginados de la vida laboral.
*El informe completo puede consultarse en este y enlace: https://wledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/28340/9781464810961.pdf
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
