Mientras Donald Trump aparece como el foco de la atención internacional, sin aspaviento ni miramientos, Corea del Norte acaba de lanzar un misil balístico en el mar de Japón, con un mensaje claro y contundente: el presidente de Estados Unidos es para ellos poco menos que un pedo en un huracán.
Corea del Norte es una potencia militar que no le teme a nada ni a nadie, de sobra sabemos que se pasa al gobierno de Washington por los cojones y que está muy lejano de represalias, ya sean económicas o políticas de Estados Unidos, por lo que es para cualquier relación geopolítica un escenario desconcertante y poco o nada controlable.
Pese a que después del lanzamiento del misil balístico en el mar de Japón, Donald Trump haya señalado que “Estados Unidos está 100% con Japón”, lo contundente del acto indica que, hasta ahora, Estados Unidos no ha encontrado la fórmula para contener a Corea del Norte, cuestión que abre un frente de incertidumbre en un momento en que poco o nada se hablaba de Corea ante el efecto Trump.
Es evidente que a diferencia de las medidas tomadas contra México por el gobierno de Washington, no habrá de ser lo mismo con respecto a Corea del Norte, que se ha mostrado abiertamente hostil con Estados Unidos; más aún, recordemos el video que difundió Corea del Norte donde realizaba imágenes hipotéticas de un ataque nuclear y los estragos que causaría sobre aquel país, cuestión que en época de Obama causo irritación en el gobierno de Washington.
Lo rescatable de este escenario incierto de la geopolítica internacional, estriba en que Donald Trump ya se encontró con una piedrita en el zapato que no se quitará fácilmente de encima.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
