Educación de calidad, tarea pendiente en América Latina

 (Tomado del documento “La Educación Superior como parte del Sistema Educativo de América Latina y el Caribe”, de la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y El Caribe, 2018)

 

Al hablar sobre lo que sucede al interior de la educación superior, se ha discutido que la movilidad tampoco es fácil. Muchos estudiantes abandonan sus estudios sin que les sea posible obtener el reconocimiento de los cursos hechos o de las certificaciones obtenidas. Hoy resulta indispensable continuar la formación a lo largo de la vida, evitando la existencia de programas limitados. Se propone, por tanto, avanzar en tres direcciones:

  • Desde el aseguramiento de la calidad (AC): incorporar en los criterios de calidad la apertura a itinerarios formativos flexibles y articulados, basados en el reconocimiento de que las personas son titulares de las cualificaciones o los aprendizajes adquiridos y, por tanto, tienen derecho a su reconocimiento.
  • Desde las instituciones: revisar el diseño de los programas tomando en consideración las oportunidades que estos abren para la articulación, mediante el reconocimiento de aprendizajes previos o de competencias adquiridas en diversos contextos.
  • Desde el diseño de políticas: flexibilizar la estructura de títulos y grados, reducir las barreras administrativas y de financiamiento existentes para la movilidad intrasistema de educación superior e incluso explorar el diseño de marcos nacionales de cualificaciones, que facilitan la transparencia de los distintos niveles de formación y la promoción de mecanismos de articulación.

En el campo de la articulación entre educación superior y el medio externo, el foco de las propuestas está en la vinculación con el medio productivo mediante la definición y promoción de áreas prioritarias para el desarrollo científico y tecnológico, y el fomento de acciones para vincular a la educación con las empresas.

El foco central de la educación superior es la función formativa en sus distintos niveles. Las propuestas se refieren a tres aspectos clave: las estrategias pedagógicas, el diseño curricular y el reconocimiento de la diversidad.

La expansión y diversificación de la población estudiantil, las exigencias de un medio productivo diferente y más complejo, la irrupción de nuevas tecnologías de información y comunicación, el impacto de las redes sociales, las exigencias de la internacionalización, entre otros cambios, han modificado radicalmente el rol del docente en la educación superior y hacen necesario diseñar estrategias de formación docente, compartir experiencias y generar mecanismos de apoyo y reconocimiento a la docencia eficaz.

En segundo lugar, una perspectiva que reconoce y valora la educación a lo largo de la vida reduce la presión sobre la formación de pregrado y abre múltiples oportunidades formativas posteriores. Esto permite revisar la formación inicial, a fin de hacerse cargo de las necesidades asociadas al ingreso a la vida laboral: completar conocimientos necesarios pero ausentes, satisfacer las exigencias de una ocupación o una disciplina, desarrollar competencias integradoras de distintas áreas de aprendizaje, así como desarrollar habilidades cognitivas, sociales y comunicativas que puedan aplicarse en una diversidad de ambientes disciplinarios o profesionales, tanto en actividades individuales como grupales.

Por último, es necesario reconocer y valorar la diversidad como un aspecto positivo, que permite responder a una multiplicidad de necesidades tanto de los estudiantes como del medio externo. Este es un desafío no menor, por cuanto si bien la diversidad se reconoce como valor en el discurso, tanto las políticas públicas como los mecanismos de aseguramiento de la calidad empujan hacia una convergencia academicista, no siempre apropiada para la mayoría de las instituciones.

Dos propuestas complementarias se hacen cargo de la necesidad de ampliar la garantía de la fe pública más allá del egreso de la educación superior. En primer lugar, se plantea la necesidad de establecer mecanismos de habilitación profesional, que consideren tanto la formación concedida por las instituciones de educación superior como la adquisición de competencias laborales, ya sea a través de prácticas profesionales supervisadas o de otros mecanismos que permitan dar cuenta de la capacidad para aplicar las competencias adquiridas en contextos propios del desempeño profesional.

En segundo lugar, se plantea la necesidad de actualizar los conocimientos adquiridos, mediante procedimientos que permitan verificar que el profesional cuenta con las competencias necesarias para continuar desempeñando la profesión o la ocupación correspondiente. Esto debiera estar vinculado a la promoción de aprendizaje a lo largo de la vida, tanto para mejorar o actualizar las competencias como para ofrecer oportunidades a quienes no lograron obtener un título o grado, para completar sus estudios profesionales o técnicos obteniendo el reconocimiento de las competencias adquiridas.

Finalmente, se hacen algunas propuestas centradas en los procesos de aseguramiento externo de la calidad. En primer lugar, se insiste en la necesidad de mantener la existencia de mecanismos para la acreditación de carreras, dado que tiene un mayor impacto sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. Reconociendo, sin embargo, que puede ser difícil de implementar dado el elevado número de carreras, se recomienda integrar acreditación institucional con la de carreras, centrando en la primera los aspectos propiamente institucionales (políticas y mecanismos de alcance general) y en la segunda, los referidos a la formación disciplinaria o profesional (perfil de egreso, progresión de estudiantes, recursos específicos y resultados).

Es también posible avanzar hacia una evaluación por clúster, esto es, agrupando carreras o programas que compartan características comunes (carreras en la misma área del conocimiento; especialidades diversas con un tronco común, como es el caso de muchas ingenierías, pedagogías o carreras de la salud; programas en una misma área, pero ofrecidas en distintos niveles tales como grado, maestría, doctorado).

Una tercera opción es centrar la acreditación solo en las carreras reguladas, en una lógica transversal (todos los programas conducentes a un determinado título se evalúan en el mismo período de tiempo), lo que permite un análisis comparativo de la formación y reduce el costo de evaluación externa.

También, es importante enfatizar los mecanismos institucionales para demostrar la calidad de las carreras no contempladas en el proceso. Una segunda propuesta en el campo del aseguramiento de la calidad se refiere a la necesidad de asegurar que las agencias de AC satisfagan los criterios internacionales de credibilidad y eficacia y avanzar hacia el reconocimiento mutuo de decisiones de acreditación.

Continuará…

Por: Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.






ANDADOR - Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.