El planeta es de jóvenes

No se trata de una cuestión biológica, pero en definitiva la lógica del Estado habla de que el planeta es de los jóvenes, y no como una premisa del futuro, sino de los jóvenes que manejan el Estado. Por cierto, ahora la juventud en los mandos del Estado termina a los 60 años.

La juventud se ha prolongado y los estilos de vida han cambiado, nadie quiere entrar a la vejez, que se traduce como una etapa de muerte y no de vida; así lo ejemplifican los planes y programas de gobierno y, sobre todo, las políticas públicas, que rara vez están encaminadas a proteger a la tercera edad.

En el planeta sólo el 30% de los ancianos trabajadores o que trabajaron cuentan con una jubilación, la cual por cierto apenas les permite sobrevivir, jamás vivir, tienen que cuidar cada peso y ser muy discretos en sus gastos, porque al más mínimo descuido se endeudan y mueren.

Por si fuera poco, la megalomanía del mercado y sus parafernalias sólo hablan de la juventud: la moda no es para viejos, los automóviles no son para ancianos, los destinos turísticos tampoco, ni la salud, ni la educación. ¿Qué chingados es para viejos?, yo se los digo: el retiro y la muerte.

El mundo es de los jóvenes, pero con una ferocidad nunca antes vista ni descrita se ha vuelto el atropello del físico y la belleza de cirugía, el músculo de gimnasio y la vitalidad de la droga y el Red Bull; mundo caótico, con prisa y aislacionismo, porque el teléfono celular nos aísla, no suele conectarnos y esto denota el grado de egoísmo ciego que prima en la sociedad.

Me encabrona ver a mis hijos, e inclusive a mis amigos, que cuando estamos comiendo visitan el puto celular, no conversan o le dan las pausas a la plática para atender una imagen o un comentario pendejo del whats, qué decir de la pendejada del Face…

Así las cosas, el mundo cambió para abortar a la humanidad, ya no nos importamos o nos importamos menos que en otras épocas los unos a los otros; ahora es la ley del más fuerte, que por cierto desde la Ilustración, la ley del más fuerte no es ninguna ley.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.