El voto de silencio

Hace tres años los mexicanos salimos a votar por una diferencia”; teníamos la esperanza de que un partido con declarado discurso de izquierda, sostenido por un líder político poderoso y de gran popularidad entre la gente, marcara un nuevo camino para la nación.  Poco a poco el panorama se fue distorsionando, las malas decisiones comenzaron a aparecer y se esfumó la esperanza de que las cosas se hicieran de otra manera en nuestro país.

AMLO es un líder político de la vieja escuela, un hombre que a lo largo de las décadas se ha constituido como uno de los rostros más poderosos en la vida política de México. Su camino a la presidencia fue pedregoso: muchos ciudadanos lo acompañaron en las derrotas, en la incertidumbre y, casi naturalmente, en el triunfo.

Es verdad que el poder cambia a las personas, pero es más preciso decir que las revela. Cuando López Obrador llegó a la presidencia, lo hizo en medio de una popularidad apabullante entre quienes apoyan y sostienen su discurso de izquierda, pero también llegó en medio de una crítica brutal que ha aprovechado cada una de las malas decisiones del presidente para alimentar todo tipo de discursos en su contra.

Ayer, justo a la mitad del sexenio de AMLO, se convocó a una consulta popular que fue un fracaso absoluto. No solo no tuvo los números para sostener la validez del proceso, sino que fue una declaración de valores de una ciudadanía que, al no asistir a las urnas, ha hecho su propio voto: uno de silencio y cansancio que deja atrás aquella esperanza que llevó a AMLO a la presidencia.


ARCHIVADO EN:
, , , , ,