Elecciones 2018: alianzas por aquí, alianzas por allá

Estamos a sólo un par de semanas para que los partidos políticos hagan públicos los nombres de los candidatos que buscarán espacios en el Senado, la Cámara de Diputados y el Congreso local.

MORENA y PT buscarán, sean cuales sean sus candidatos, beneficiarse de la aceptación de Andrés Manuel López Obrador, ya que su trabajo como expresión política en el estado de Hidalgo ha sido casi nula, fuera de algunas declaraciones que brindan a los medios de comunicación.

Entre las críticas a los dos institutos de izquierda podemos encontrar su falta de apoyo al tema de equidad de género, así como la exaltación de cuadros políticos que han logrado hacer de las campañas su modo de vida, pese a que no ganen curules, tal es el caso de Arturo Aparicio Barrios, dirigente del PT.

Por otro lado han dado cabida a un sinfín de expriistas, unos buenos y otros pésimos, lo que hace que su propuesta de “cambio” en la entidad pierda credibilidad.

La realidad es que MORENA y PT buscarán posicionar a su candidato presidencial aunque todo lo demás esté perdido de antemano; este grupo sabe perfectamente que las posibilidades de ganar la grande están totalmente a su favor, a pesar de que no lograrán mayoría entre legisladores y en Hidalgo difícilmente ganarán espacios.

La coalición “De Frente por Hidalgo” buscará ungir a candidatos con cierta presencia regional, aunque no puede pasar por alto que 2016 le brindó una tremenda victoria por fallas en la operatividad priista. Siendo este tema el más destacado, se asume que de generarse una operación política en los tricolores, el PAN y PRD tendrán que conformarse con menores espacios.

El PAN posee una clase política tan vieja como cuestionada, apenas logra concretar un par de cuadros nuevos, que no por ser jóvenes garantizan triunfo, junto con la rebantinga al interior que es todo un drama con pleitos de familia y viejos rencores.

Los albiazules tendrán que considerar también que en los municipios en los que son gobernantes han generado un buen porcentaje de rechazo, por lo que sus “bastiones” recién creados podrían otorgarles un voto de castigo.

Por su parte, el PRD no cuenta con presencia contundente en la entidad y mucho menos con cuadros capaces de resistir elecciones regionales, por lo que su apuesta deberá ir encaminada a rescatar el voto contra el PRI o hacerse fuerte con el voto del PAN, ya que en realidad no posee fuerza política suficiente para hacer candidatos.

PAN y PRD buscarán ganar curules locales con ayuda de las estructuras o gobiernos municipales y hacerse de algún diputado federal plurinominal; en cuanto a la batalla por el Senado, su mayor esperanza es que los tricolores coloquen en la fórmula a algunos de los personajes con menos aceptación en la entidad.

En un apartado diferente se encuentra Movimiento Ciudadano, que a nivel nacional no se posiciona como un partido sobresaliente, más bien es satélite de aquel partido con el que genere alianzas, eso mientras a nivel estatal su situación es aún más deplorable, pues apenas si existente.

La gran fuerza del partido naranja en la entidad radica en que es propiedad de Gerardo Sosa, presidente del Patronato de la UAEH, con esto viene su bendición y su cruz, pues si bien puede pavonearse con el apoyo de la comunidad universitaria y posicionar catedráticos medianamente respetables como candidatos, son rechazados políticamente por esa situación.

MC en Hidalgo hará en 2018 una apuesta muy sencilla: buscarle la senaduría a Gerardo Sosa, parece, con más anhelo de cubrirse de fuero que de hacer carrera política.

Finalmente, el PES en Hidalgo decidió no ir en coalición con MORENA y PT debido en gran medida a la presencia de personajes que han dedicado su vida a vivir del negocio de campañas y que no representan de ninguna forma una opción medianamente digna para el votante.

Sin embargo, están a punto de extinguir en su totalidad las caprichosas aspiraciones de obtener un escaño en el Senado para Alejandro González y uno en la Cámara de Diputados para Daniel Andrade, ya que ir solos en la contienda les representa la posibilidad de ganar espacios locales y no federales.

Pese al gran avance en la presencia de grupos de oposición en diferentes espacios de representación, parece que en Hidalgo sus posibilidades de triunfo siguen atadas a la capacidad de operatividad tricolor.


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