”Estoy agradecido con Dios y la vida”: estudiante de UAEH que vivió el paso de Otis en Acapulco

De acuerdo con el alumno garza, la lluvia y los fuertes vientos los sorprendieron cuando iban de regreso al Hotel Copacabana. Gracias al apoyo mutuo, aseguró, no fueron arrastrados por la fuerza de la naturaleza.

Entre la noche del 24 de octubre y la madrugada del 25, un grupo de estudiantes y académicos de la Escuela Superior de Zimapán (ESZi) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), uno de ellos en silla de ruedas, se enfrentó al ojo del huracán Otis.

Algunos de ellos tuvieron que caminar seis horas de regreso a su hotel, entre lluvia y viento, para luego volver sanos y salvos a casa tras ser rescatados gracias al trabajo estrecho entre las autoridades universitarias y el gobierno de Guerrero.

Edgar García Rangel, uno de los protagonistas de este momento, narró a Effetá que acudió a la XXXV Convención Internacional de Minería México 2023 junto a otros 24 compañeros de la Ingeniería en Procesamiento de Recursos Minerales, su papá, quien es académico, y dos profesores más.

“Algunos traíamos algunos rasguños, por los vidrios y golpes. Y bueno, qué te puedo decir, admiro mucho la valentía de todos, de las chicas y de los chicos. Estoy agradecido con Dios y con la vida. Hay que apoyar, donar y respetar al planeta”, agregó el joven.

El grupo arribó al puerto desde el domingo 22 de octubre para participar en el Tazón de Minería, Metalurgia y Geología 2023. El día de la inauguración del evento, el 25 de octubre, fue cuando Otis azotó Acapulco, sitio en el que se llevaba a cabo el evento.

De acuerdo con Edgar, la lluvia y los fuertes vientos los sorprendieron cuando iban de regreso al Hotel Copacabana. Gracias al apoyo mutuo, aseguró, no fueron arrastrados por la fuerza de la naturaleza.

Recordó que a las 18:30 horas del martes 24 de octubre, cuando la lluvia comenzaba, él, junto con el grupo, se encontraban en el Centro de Convenciones Mundo Imperial, pues era la inauguración del evento. En ese momento, lo único que sabían era que las condiciones climatológicas se debían a una tormenta tropical, según comentarios de algunos acapulqueños.

No obstante, la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, no asistió al evento, ya que supuestamente estaba al pendiente de la llegada del fenómeno, que al tocar tierra como ciclón de categoría 5, golpeó Acapulco, Guerrero, con vientos sostenidos de 260 km/h y rachas de hasta 315 km/h, lo que ocasionó destrozos en infraestructura, así como daños en el sistema eléctrico, telefonía e internet, con un saldo de 47 muertos.

Tras la inauguración, el alumno garza salió del centro del lugar a las 23:00 horas del 24 de octubre. En el camino, él y sus acompañantes se encontraron con espectaculares, palmeras y ramas caídas que habían destrozado algunos autos.

Al llegar al hotel, su padre salió y era tan fuerte el viento que estuvo a punto de ser arrastrado, pero una de las alumnas lo tomó con fuerza y se aferraron a una jardinera, con lo que lograron permanecer en tierra firme.

Edgar, quien estaba al interior de un auto con otras personas, relató que el agua se metía por las ventanas y el quemacocos. Frente a la emergencia, hicieron un esfuerzo y lograron sacar al ingeniero Julio en su silla de ruedas. Esa noche la pasaron en la cocina del Copacabana.

Al otro día, alrededor de las 9:00 horas, fue testigo de la devastación de Acapulco, la rapiña, pero también, de la solidaridad humana entre sus compañeros y los lugareños. Sin embargo, aún faltaban 22 alumnos y dos profesores que en el transcurso de la tarde llegaron a pie tras caminar para llegar al hotel, guiados por el instinto de sobrevivencia.