EU pone fin al libre comercio en el mundo

De nada servirán los principios y prioridades establecidos por el gobierno de México para negociar, si el presidente Donald Trump no tiene interés en ceder frente al libre comercio. Si alguien dudaba que el presidente de Estados Unidos estuviera alardeando con sus propuestas de campaña, ahora podrá estar seguro de que las cumplirá. Trump dijo, a finales de noviembre pasado, que su primera acción al  asumir el gobierno sería sacar a Estados Unidos del TPP, y lo cumplió.

En su primer día de trabajo, Trump firmó la “orden ejecutiva” para sacar a su país del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (el Trans-Pacific Partnership -TPP-), del cual formaba parte junto a México y Canadá, además de Perú, Chile, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Brunei y Vietnam, el cual acumulaba el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) del planeta y el 30% del comercio mundial.

El expresidente Barack Obama aseguró a principios de 2016, cuando se aprobó el TPP, que Estados Unidos seguiría siendo quien dictara la política comercial en el planeta, y se refirió a un tratado diseñado por Washington para hacer frente al expansionismo chino y reducir su influencia en la región del Pacífico.

No obstante, la vieja geopolítica de Estados Unidos parece no ser más la del nuevo inquilino de la Casa Blanca, quien ha afirmado que en su gobierno Estados Unidos será primero y que prefiere que su país acumule fuerzas al interior, en lugar de seguir desgastándolo en el libre comercio.

Ni México ni los socios comerciales de Estados Unidos ven con buenos ojos los muros económicos y físicos detrás de los cuales quiere refundar su país el presidente estadounidense; lejos de la entrada de millones de inmigrantes ilegales y de mercancías procedentes de China, México y Canadá, pero para Trump constituye el único camino para volver a hacer de su país una potencia económica en el mundo y tendrán que enfrentar sus consecuencias.

El destino de las exportaciones de Estados Unidos son los mercados de Canadá, México, China, Japón y Alemania; mientras que sus importaciones provienen de China, Canadá, México, Japón y Alemania. Con los cambios en la política comercial estadounidense y su retirada del libre comercio, la economía y los flujos del comercio mundial tendrán que redibujarse.

No será difícil que Donald Trump modifique la matriz del comercio internacional de Estados Unidos, pero lo hará, sin duda. Pero si elimina el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado por Estados Unidos, Canadá y México, no sólo afectará el desarrollo de México, sino de los países latinoamericanos que también han formado acuerdos comerciales.

El gobierno de México trata de mantener la esperanza de hacer que Trump no modifique la política comercial estadounidense respecto a nuestro país, esperando que la visita de Enrique Peña Nieto a la Casa Blanca rinda buenos frutos el próximo 31 de enero; pero, ¿quién puede afirmar ahora que el presidente Donald Trump realmente esté interesado en mantener el TLCAN?

Las negociaciones con Estados Unidos y Canadá en los años noventa del siglo pasado dieron como resultado la creación de una zona de libre comercio donde todos los productos y servicios, conjuntamente con el capital, en diferentes plazos, podrían circular libremente en los tres países sin pagar ningún arancel, respetando las reglas de origen de los componentes. Ello implica que cada país conserva sus aranceles para el comercio con terceros y los elimina para que capitales y bienes circulen libremente.

Esto hizo atractivo a nuestro país para todas las empresas del mundo, en particular las armadoras de autos; pero ahora, con la amenaza de eliminar el TLCAN e imponer aranceles mayores al 40% del nuevo gobierno estadounidense, en poco tiempo podrían volar los inversionistas y sus capitales.

Aunque el objetivo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) es hacer del planeta una enorme unión aduanera, donde no haya ningún arancel que limite la libre circulación de las mercancías y los capitales, quizá con un arancel común para el comercio con el último país que se resista a entrar en esa unión aduanera, ese propósito aún está lejos y ahora el comercio mundial parece entrar en un laberinto, donde México y China serán las primeras víctimas.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.