Evaluación de costos y seguimiento, claves para el éxito de las tecnologías educativas

(Tomado del documento Tecnologías digitales al servicio de la calidad educativa. Una propuesta de cambio centrada en  el aprendizaje para todos, publicado por la UNESCO)

 

La discusión acerca del papel que juegan las tecnologías digitales en la calidad educativa se ha centrado en la evidencia internacional que demuestra que los costos iniciales representan sólo el 26 % del TCO (el Costo Total de Propiedad, por sus siglas en inglés, es una estimación financiera de los costos directos e indirectos de un sistema) por un período de cinco años, mientras que los costos recurrentes y los ocultos representaban el 61 % y el 13 % del TCO, respectivamente.

Algo interesante es que cuando se hizo ese análisis con diferentes configuraciones de hardware y software, se halló que el tipo de hardware y/o configuración tenía poco efecto sobre el TCO. Más bien, los mayores diferenciales de costo se veían entre las áreas rurales y las urbanas. En las áreas rurales donde el transporte, la conectividad y la energía son más caros, el TCO es mucho más alto.

Siguiendo la metodología descrita, por ejemplo, hace algunos años se calculó que el TCO de los programas de entrega de computadores a estudiantes era de poco más de US$100 al año.

La experiencia del Plan Ceibal en Uruguay (el programa con mayor cobertura y más extenso en la región) es que ese número sigue siendo en 2015 una buena aproximación del costo real del programa, a pesar de que en otras experiencias esos costos fueron extremadamente subvalorados, lo que tuvo implicancias graves en la implementación de los programas y su impacto final.

Hay algunas observaciones interesantes por considerar respecto de los costos totales de implementación de este tipo de iniciativas:

  1. No siempre es fácil tener acceso a todos los costos asociados, y muchos de ellos permanecen invisibles. La falta de información o la “invisibilización” de algunos de estos costos hace difícil conocer su costo total efectivo, y vale la pena el esfuerzo por develar esos costos invisibles al máximo.
  2. Una vez que se inicie un programa, muchos de sus componentes se convertirán en un costo recurrente en el presupuesto, y que las condiciones específicas de cada país (áreas rurales, infraestructura eléctrica y de conectividad, distancia, etc.) imponen variaciones sobre este valor.
  3. La escala de la iniciativa impacta también el costo por beneficiario. Al aumentar la escala, los costos por unidad disminuyen debido al uso de las inversiones iniciales.
  4. También es interesante considerar el peso que la inversión en las computadoras tiene sobre los estudiantes dentro de los costos totales y las inversiones necesarias (no es infrecuente que, para algunas personas, éste aparezca como el único costo considerado). En promedio, la inversión en equipos y hardware representa al menos entre el 50 y el 60 % de la inversión total.

Seguimiento y evaluación.

La evaluación de programas de tecnologías digitales para el aprendizaje cobra gran importancia por cuanto permite aprender tanto de la implementación como de los resultados esperables. Esta sección tiene por objetivo motivar el desarrollo de procesos de seguimiento y evaluación cada vez más rigurosos, de manera que el conocimiento adquirido apoye el desarrollo de experiencias más ricas, focalizadas, eficaces y sostenibles.

El uso de tecnologías en educación se propone apoyar el logro de mejores resultados educativos en los estudiantes. Para ello, quienes diseñan e implementan este tipo de iniciativas suponen que la incorporación de tecnologías permitirá mejorar los procesos educativos, hacerlos más efectivos, disminuir los costos de algunas acciones, habilitar el desarrollo de nuevas prácticas e innovaciones que impacten en la calidad de los resultados.

Es importante considerar que los aspectos a evaluar de un programa están directamente asociados al grado de maduración en el desarrollo de éste (emergente, básico, incorporación, transformación). Tanto los mecanismos de evaluación implementados como los indicadores utilizados deben ser pertinentes para cada una de estas etapas.

Desde esta perspectiva, es fundamental plantearse los impactos que es posiblposible y razonable esperar para cada iniciativa, dependiendo justamente de los grados de maduración vigentes al momento de la implementación de este tipo de programas, lo que busca contar con expectativas razonables para cada intervención.

El seguimiento y la evaluación se definen como procesos sistemáticos, metódicos y neutrales que hacen posible el conocimiento de los efectos de una iniciativa, relacionándolo con las metas propuestas y los recursos utilizados.

La evaluación de programas es un proceso que facilita la identificación, recolección e interpretación de datos útiles como parte del proceso de responsabilidad, para planificar y definir la distribución de recursos y mostrar resultados, y especialmente, como un mecanismo que permite aprender de la experiencia pasada, mejorar los servicios prestados e informar el desarrollo de futuras mejoras en los programas evaluados o en el desarrollo de nuevas iniciativas.

Una visión temerosa de la evaluación de programas es la que cree que ésta define el éxito o fracaso de determinado proyecto. Esta es una concepción bastante limitada, ya que el fin último de la evaluación es proveer de retroalimentación permanente para apoyar el desarrollo y cumplimiento de los objetivos definidos por el proyecto e informar la toma de decisiones en el futuro.

Siempre es importante considerar el seguimiento y la evaluación como parte fundamental de un proyecto. Esto es clave tanto en términos de diseño como presupuestarios, y permite definir de mejor manera los objetivos de éste y cómo se medirá el grado de cumplimiento de estos objetivos en las distintas etapas del proyecto.

En términos presupuestarios, se estima que los gastos asociados a una evaluación rigurosa pueden estar entre un 3 y un 10 % del costo total de un programa. Es por esto clave considerar los costos asociados a evaluación a la hora de presupuestar un proyecto.

(Continuará)

Por: Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.






ANDADOR - Roberto Diez Gutiérrez

Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.