GPI: ¿aliado del gobierno de Menchaca Salazar?

“El GPI es aliado del negocio privado con fachada pública; parasita a la alianza de Morena para reproducirse como lo hacen las amibas en el gobierno de la 4T”.

La degradación de la clase política en Hidalgo es evidencia de la prostitución del encargo público y resultado de la putrefacción de la oposición y su partidocracia frente al ascenso y solidez de Morena. Dicho esto, ¿cómo entender la prostitución política en la vertebración del sistema político desde el GPI?

La clave del análisis se encuentra en el hecho de que la reproducción hegemónica del PRI se planteó desde el pragmatismo político. El PRI nunca tuvo ideología clara ni cabida en una retórica concreta de la derecha en México, por lo que su ambivalencia política fue suplida con mitos y fantasías de conductas asumidas y difundidas  desde la cúpula del poder y el sometimiento de bases militantes ampliamente ignorantes, ciegas y sin certeza política.

Este escenario de pobreza ideológica del PRI en el poder era transversal a las lógicas de conducción social, por lo que la ceguera política se expandió hacia la ciudadanía y creó las bases de despolitización que aún priman en la mayoría de la sociedad y le permitieron reproducir sus lógicas de cooptación y avasallamiento.

Si se quiere controlar al pueblo, se le debe despolitizar y sumirlo en la ignorancia. Por ende, el proyecto de la izquierda mexicana se enfrentó a una estructura política transversal a las lógicas de la sociedad, lo mismo en la cultura que en la educación, e inclusive en la influencia del antiguo régimen en las condiciones costumbristas, por lo que su sentido disruptivo tardó más de tres décadas en penetrar en una incipiente conciencia política ciudadana y en la erosión de la clase política priista y panista en la conducción gubernamental.

La fragilidad política por la que atraviesan el PRI, el PAN y el PRD, en una alianza al estilo del agua y el aceite, aunado al declive del negocio del escaño o el encargo público, son elementos clave que se suman a la carencia de sustentos ideológicos y principios políticos de conducción social que perecen frente al proyecto de Morena en la 4T y esta es la raíz que explica la degradación política que llevó a la defección y migración del GPI y las rémoras públicas y mercaderes de la política que se acumulen. 

Por ende, los pronunciamientos del Grupo Plural Independiente de Omar Fayad en torno al apoyo al gobierno de Julio Menchaca Salazar no son más que una burda retórica hueca y sin sentido ni peso político que lo único que pretende es el dividendo o raja política que permite la reproducción del poder público proclive al negocio  e interés personal.

Sin embargo, es evidente que el GPI tiene un capital político de conducción y aglutinamiento social operado de manera vertical con personeros que movilizan a sectores de la ciudadanía que se adhieren por prebenda, ignorancia, inconsciencia y clientelismo político, como lo implican Omar Fayad, Nuvia Mayorga, Julio Valera y los cuadros subalternos donde Alejandro Enciso y Sergio Baños brillan por su voracidad.

El GPI no es aliado del gobierno de Julio Menchaca Salazar. El GPI, al igual que los mercenarios del escaño en la actual administración gubernamental en Hidalgo, parasita el gobierno de Menchaca tratando de mimetizarse en la retórica de Morena, pero sin conciencia política ni principios de probidad pública.

El GPI es aliado del negocio privado con fachada pública; parasita a la alianza de Morena para reproducirse como lo hacen las amibas en el gobierno de la 4T.


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